Final feliz
Por David C. McCasland
Ministerios Nuestro Pan Diario
"Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. - Leer: Efesios 4:20-32
Un amigo me contó que, una vez, estaba mirando fútbol por televisión mientras su hijita jugaba cerca de él. Enojado porque su equipo jugaba mal, tomó lo que tenía más a mano y lo tiró al piso. El juguete favorito de su hija se hizo añicos, y el corazón de ella también. De inmediato, él la abrazó y le pidió perdón. Le dio otro juguete y pensó que estaba todo bien. Sin embargo, no tenía idea de cuánto había asustado a la pequeña de cuatro años con su furia, y ella tampoco captó la profundidad de su propio dolor. Con el tiempo, el perdón llegó.
Años después, él le mandó a su hija un juguete idéntico, cuando ella estaba esperando un bebé. La muchacha subió a Facebook una foto del juguete, con estas palabras: «Este regalo tiene una larga historia allá en mi niñez. No fue una historia alegre, ¡pero tiene un final feliz! La redención es algo hermoso. ¡Gracias, abuelo!».
La Biblia nos insta a evitar exabruptos y a vestirnos del nuevo yo, «creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad» (Efesios 4:24). Además, si somos víctimas del enojo, el Señor nos pide que seamos «benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo» (v. 32).
No es fácil restaurar relaciones rotas, pero la gracia de Dios lo hace posible.
Señor, a veces pierdo el control. Concédeme tu gracia para detenerme y pensar antes de actuar o hablar. Gracias por tu perdón.
El arrepentimiento y el perdón son el pegamento que puede reparar una relación rota.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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