jueves, 23 de abril de 2015

TESTIMONIO DEL PODER DE DIOS...





Domingo, 12 de abril de 2015   

De pie sobre la Roca

Para Christy Prophet, toda la fortaleza se reduce a apoyarse en Cristo.
por Joseph E. Miller

Era un domingo por la mañana, y Christy Prophet se estaba preparando para ir a la iglesia. El momento del que había sido advertida llegó cuando se hidrataba el cabello. Éste comenzó a caérsele.

Sin ninguna vacilación, tomó el teléfono para llamar a su peluquera. No iba a esperar a que el cabello se le cayera a mechones -se lo cortaría de una vez. "Yo no soy quien soy por mi cabello. Christy es Christy, con o sin cabello", dijo.

En junio de 2013, Prophet había ido a hacerse una mamografía de rutina, pero esta vez le dolió más de lo habitual. Le descubrieron un tumor -cáncer de mama. El médico le aseguró que no perdería su seno. "Yo le dije: ¿Sabe qué? Si tiene que extraerme los dos, no me importa, si eso significa salvarme la vida".

Prophet es contadora en Ministerios En Contacto, y decidió que quería decirlo a sus compañeros de trabajo, de uno en uno, en vez de que alguien hiciera el anuncio. Algunos lloraron, y muchos rogaron por ella a Dios. Christy se reunió con el director general de En Contacto, Phillip Bowen, quien le dio ánimo y oró por ella.

Prophet, la sexta de siete hijos, no es ajena a las adversidades de la vida. Cuando era muy pequeña, su hermano de cinco años incendió por completo la casa. "Los demás no estábamos en casa, sino en la de la abuela", dijo. "Él y uno de sus amiguitos entraron a la casa para tratar de fumar un cigarrillo". La familia lo perdió todo.  

Cuando todavía era niña, el padre de Prophet murió debido a complicaciones de salud derivadas del alcoholismo. Su madre, Frances Allen Sims, decidió que no volvería a casarse, sino que dedicaría su vida a criar a sus hijos en la iglesia. A menudo tenía dos o tres trabajos para ocuparse de ellos, pero Christy dice nunca les faltó nada mientras crecían.

Aunque criar una familia numerosa sola era difícil, Prophet dijo que su madre simplemente tuvo que ser inteligente en cuanto a la disciplina, sobre todo cuando se trataba de los cuatro varones.

La respuesta de su madre a las circunstancias difíciles inculcó en Prophet lo que ella considera su don espiritual -servir a los demás. Éste se desarrolló particularmente durante la escuela secundaria. Fue conocida por su ética de trabajo, ya que decidió participar en un programa de formación profesional, asistiendo a la escuela medio día, y trabajando el otro medio día. Puesto que era una joven alta, los directores de la escuela insistían en que jugara baloncesto, pero ella se negaba. "Siempre pensé que yo era demasiado bonita para eso", dijo con una carcajada. "No quería estar corriendo de arriba abajo en la cancha, sudando, y con el cabello todo revuelto".

Prophet se graduó de la secundaria en 1979, y tenía planes de ingresar a la carrera militar con un primo. "Estaríamos allí veinte años, después nos jubilaríamos y recibiríamos una pensión regular", dijo. Pero ese sueño nunca se materializó, debido a que salió embarazada. Se casó con el padre de su hijo, y trabajó en un banco durante los siguientes diecisiete años de su vida. Pero un matrimonio difícil condujo al divorcio en 1996, por lo cual Christy no estaba segura de que quisiera casarse de nuevo.

Tiempo después, una compañera de trabajo insistió en que conociera a uno de los clientes que venía regularmente al banco. Prophet aceptó con renuencia a observarlo desde el fondo del local. Después de verlo, estuvo dispuesta a salir con Charles Prophet. Sin embargo, Christy temía a casarse de nuevo, por lo que él tuvo que pretenderla durante años hasta que, finalmente, ella le dio el sí.  

Diez años más tarde, Charles Prophet estuvo allí para ayudar a su esposa en el momento más difícil, yendo con ella a las citas médicas, y dándole apoyo cuando tenía que tomar una decisión. "Sabíamos que este cáncer no iba a derrotarme".

En los días de su tratamiento, Prophet tenía una rutina -un baño, pero ninguna loción que pudiera perfumarle el cuerpo. No comía, solo tomaba mucha agua. En los días que no tenía tratamiento, tomaba jugo de frutas y verduras -mucho de ambas cosas.

Para tener fuerza espiritual, iba a su versículo favorito, en el que se ha apoyado una y otra vez -el Salmo 46.1: "Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones".

"Yo decía: 'Señor, tienes que encargarte de esto. No voy a rendirme. No voy a estar triste -ni siquiera a estar cerca de personas que vayan a ponerse tristes y a llorar. No quiero oír eso. Estoy poniendo esto en tus manos'. Nunca me deprimí. No podía. En serio, ¿de qué iba a servirme? Con el mundo para deprimirnos ya tenemos suficiente".

Christy no es alguien que está acostumbrada a la enfermedad. Durante su infancia, nunca tuvo varicela, paperas o sarampión -ni siquiera gripe. Cuando el médico le dijo que la quimioterapia haría que perdiera todo su cabello, ella no se preocupó. Pero ante la mención de que se enfermaría por el tratamiento, ella lo paró en seco. "Bueno, acepto lo de la caída del cabello, porque todos ustedes dicen que eso es un hecho. Pero no me diga que voy a enfermarme. Eso no va a suceder".

Y, milagrosamente, no sucedió. Después de ocho quimioterapias y de treinta y tres tratamientos de radiación, Prophet no se enfermó ni una sola vez. Tuvo que faltar al trabajo debido a unas pocas citas, pero estuvo activa en todo momento, ya fuera trabajando, o en su casa recuperándose y pasando tiempo con el Señor.

"Paso mucho tiempo de recogimiento con Dios. Tengo una habitación en mi casa llamada 'sala de juegos de Christy'. Es mi espacio personal. Es mi santuario dentro de mi santuario". Bromea diciendo que hasta Charles tiene miedo de interrumpirla durante su tiempo devocional.

"Es mucha la paz que encuentro en mi tiempo a solas con Dios. Algunas personas creen que tienen que estar ocupadas, pero yo puedo estar sentada en esa habitación, sin nada de música, y nada de televisión".

Hoy, Christy no tiene cáncer y alaba al Señor por su misericordia. "Todo se lo debo a Dios. Conozco al Dios que adoro". Ella es una inspiración no solamente para sus amigos y compañeros de trabajo, sino también para otros que están luchando con una grave enfermedad. El médico de Christy la ha animado a hablar de su experiencia en conferencias, pero ella tiene en mente otro reto en estos días: su madre anciana.

Frances Allen tiene ahora 84 años, y está enfrentando una serie de padecimientos -un derrame cerebral, tres costillas fracturadas por una caída, y la demencia. Ella sigue viviendo en su casa, asistida por una hermana de Christy y una enfermera que la visita de lunes a viernes. "Por lo que ella hizo por mí, estoy tratando de hacer lo más que puedo", dice Prophet, "para darle la mejor vida que le queda todavía. Ella pudo haber sido una de esas madres que dicen: 'Voy a dejar a estos niños con una tía o con alguien más que los críe', porque eso es lo que haría mucha gente".

"Pero mi madre decía: 'Por nada del mundo van a llevarse a mis hijos'".
Es esa parte de la personalidad de Prophet la que más brilla -la de tomar responsabilidades. Dice bromeando que la gente la llama "la mamá" del departamento de finanzas de En Contacto, porque ella siempre está pendiente de ayudar a otros.

A pesar de las pruebas que ha enfrentado, Christy dice que ha aprendido de los momentos difíciles de la vida. "Fueron verdaderas bendiciones para mí. Si tuviera que pasar de nuevo por ellos, no haría nada diferente. No estoy avergonzada ni molesta por algo que haya hecho en mi vida; realmente no. Porque Dios me ha sacado adelante en todo".

DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ

Pr. DOLREICH ARTIGAS

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