Nuestra fortaleza y canción
"El Señor reinará eternamente y para siempre". | Leer: Éxodo 15.1-2, 13-18
Llamado a menudo «el rey de las marchas», el
compositor y director de bandas John Philip Sousa compuso obras que se
han interpretado en todo el mundo durante más de cien años. Tal como
declaró el historiador de música Loras John Schissel: «Sousa es para las
marchas lo que Beethoven es para las sinfonías». Sousa comprendía el
poder de la música para motivar, animar e inspirar a la gente.
En
la época del Antiguo Testamento, el pueblo de Israel solía ser
incentivado a componer y cantar himnos para celebrar la ayuda de Dios en
tiempos de necesidad. Cuando el Señor salvó a su pueblo de uno de los
ataques del ejército de Faraón, «cantó Moisés y los hijos de Israel este
cántico al Señor [...]: Cantaré yo al Señor, porque se ha magnificado
grandemente; ha echado en el mar al caballo y al jinete. El Señor es mi
fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación» (Éxodo 15:1-2).
La
música tiene el poder de elevar nuestro espíritu, al recordarnos la
fidelidad de Dios en el pasado. Cuando estemos desanimados, podemos
cantar coros e himnos que nos hagan quitar la vista de las
circunstancias problemáticas, para contemplar el poder y la presencia
del Señor. Nos hacen pensar que Él es nuestra fortaleza, cántico y
salvación.
- David C. McCasland / Nuestro Pan Diario
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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