miércoles, 30 de abril de 2014


 

Cristo en la tormenta  
Por David C. McCasland
Marcos 4:33-41

"¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?" -Marcos 4:40

A los 27 años de edad, Rembrandt pintó la escena Cristo en la tormenta en el Mar de Galilea, basada en la historia de Marcos 4. Con su distintivo contraste de luz y sombra, el cuadro muestra un bote pequeño que corre peligro de ser destruido por una furiosa tormenta. Mientras los discípulos luchan contra el viento y las olas, Jesús permanece impasible. No obstante, lo más extraño es la presencia en el bote de un décimo tercer discípulo, el cual, según los expertos en arte, se parece a Rembrandt.

El evangelio de Marcos describe la impresionante lección que los discípulos aprendieron sobre quién es Jesús y lo que Él puede hacer. Mientras ellos trataban desesperadamente de impedir que el bote se hundiera, Jesús dormía. ¿No le importaba que estuvieran todos a punto de morir? (v. 38). Después que Jesús calmó la tormenta (v. 39), les hizo esta aguda pregunta: «¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?» (v. 40). Entonces, el temor en ellos aumentó, y se gritaban unos a otros: «¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?» (v. 41).

Nosotros podríamos ubicarnos en esta historia y descubrir, tal como lo hicieron los discípulos de Jesús, que Él revela su presencia, su compasión y su control en todas las tormentas de la vida.  

Dios es refugio seguro en las tormentas de la vida.

Dios bendiga tu Vida

Pr. Dolreich Artigas
Equipados para hacer su voluntad
Charles Stanley
 
"Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Filipenses 2.13).

He conocido a personas que saben que Dios las ha llamado a hacer algo, pero están tan enfocadas en lo que piensan en cuanto a sus capacidades, que siguen diciéndole: "Es que no puedo". ¿Sabía usted que esa es una forma de rebelión? Es decirle al Señor que no es lo suficientemente poderoso como para equiparlas, y que el cumplimiento de su voluntad depende de las capacidades naturales de cada persona.

Al ser llamado a sacar a los israelitas de la esclavitud, Moisés se quejó de que él no era la persona adecuada para la tarea con la excusa de que no sabía hablar bien (Éx 4.10). La respuesta de Dios enfatiza que Él no solo era más que capaz de equipar a su líder escogido, sino que también lograría sus propósitos con o sin Moisés.

Es el Señor quien nos da la capacidad de vivir dentro de su voluntad. Dios ha prometido que si le creemos y seguimos adelante en obediencia, nos mostrará lo que quiere que hagamos, y después nos capacitará para hacerlo. Filipenses 2.13 dice: "Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad". No hay nada que temer; usted nunca tendrá que hacer algo para Dios para lo cual Él no le haya equipado. Nuestro Padre celestial se ha comprometido a equipar a sus hijos para que hagan lo que les pida.

Como seguidor de Cristo, usted tiene la responsabilidad personal de decir "sí" cuando Dios le llame, y permitir que Él logre sus propósitos por medio de usted. Dios no le defraudará. Ver cómo trabaja en su vida fortalecerá su fe e impulsará el proceso de conformarle a la imagen de Cristo.

Dios les bendiga con Gracia y Paz

Pr. Dolreich Artigas

jueves, 24 de abril de 2014

Dios nunca nos abandona  

Joe Stowel
Lamentaciones 3:13-26

"Nunca decayeron [las] misericordias [del Señor]. Nuevas son cada mañana". -Lamentaciones 3:22-23

Cuando yo era un niño, uno de mis entretenimientos favoritos era jugar en el sube y baja de un parque cercano. Los chicos se sentaban en ambos extremos del tablón y se balanceaban hacia arriba y abajo. A veces, el que estaba abajo se mantenía allí y dejaba a su compañero de juego detenido en lo alto y gritando para que lo bajara. Pero lo más cruel de todo era bajarse y salir corriendo cuando el otro estaba en el aire... para que cayera de repente contra el suelo y se golpeara.

A veces, tal vez sintamos como que Jesús nos está haciendo eso. Confiamos en que estará con nosotros en los altibajos de la vida. Sin embargo, cuando las cosas dan un giro inesperado y nos dejan golpeados y heridos, quizá nos parezca que el Señor se fue y dejó que nos cayéramos y que el dolor nos invadiera.

Pero Lamentaciones 3 nos recuerda que «por la misericordia del Señor no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias» (v. 22), y que Él es fiel hasta el final, aun cuando todo parezca estar desmoronándose. Esto significa que, en medio de nuestro dolor, aunque tal vez nos sintamos solos, no lo estamos. Y aunque no percibamos su presencia, ¡el Señor está a nuestro lado, como nuestro compañero confiable que nunca se irá ni nos dejará!  

Señor, gracias que podemos confiar en tu presencia fiel aun cuando nos sintamos solos. Ayúdanos a esperar con paciencia que te manifiestes en nuestra vida.

Cuando todos los demás fallan, Jesús es el amigo más confiable.

Dios bendiga tus dias con gracias y paz

Pr. Dolreich Artigas

domingo, 20 de abril de 2014

¡Día de triunfo!

¡Día de triunfo!
Leer | 2 Corintios 4.14-18

"Sabiendo que el que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús-2 (2 Co 4.14)

Hoy es un día muy especial. En todo el mundo, personas de todas las edades están asistiendo a la iglesia. Pero la Pascua Florida es mucho más que ir a la iglesia. Si hemos entendido verdaderamente lo que se logró en el Día de la Resurrección, seremos las personas más agradecidas y victoriosas que existan. ¿Cómo lo sé? Al observar a los discípulos de Cristo, los primeros testigos del milagro más asombroso de Jesús. Cuando ellos creyeron finalmente que Jesús estaba vivo, todo cambió: esos hombres llenos de dudas y descorazonados se transformaron en predicadores apasionados del evangelio.

¿No le gustaría a usted vivir con esa misma confianza y determinación? Puede hacerlo, al considerar lo que logró la resurrección de Cristo y permitir que esa realidad llegue a ser fundamental en todo lo que usted piense, diga y haga. Comience reflexionando en tres verdades extraordinarias:

Primero, Jesús está vivo y activo, no solo en el cielo, sino también en nuestras vidas. Está sentado a la diestra del Padre -nadie mejor que el Dios-hombre, que experimentó personalmente la debilidad humana, que conoce cada detalle de nuestras circunstancias, y que está presente en nuestro interior por medio de su Espíritu- para interceder por nosotros (Ro 8.34). Su poder sobrenatural (v. 11) está siempre al alcance para transformar nuestro carácter, fortalecernos, darnos discernimiento, y guiarnos a hacer la voluntad de Dios.

Segundo, el Señor es absolutamente digno de confianza. Puesto que Jesús venció la muerte, tal como lo anunció, podemos saber que todo lo demás que dijo también es verdad -y que todas las promesas de Dios son seguras. Estas incluyen el convencimiento de que nuestros pecados han sido perdonados si ponemos la fe en el Señor como Salvador. Al levantar a su Hijo de entre los muertos, Dios proclamó que el sacrificio de Cristo fue suficiente para pagar el castigo por nuestros pecados.

Tercero, la muerte no es el final. Por el contrario, es el comienzo de la vida como Dios quiso que fuera -libre del pecado y de todas sus consecuencias, de sufrimiento, enfermedad y dolor. La resurrección de Jesús garantiza que los creyentes también resucitaremos, y que recibiremos cuerpos nuevos -fuertes, perfectos y eternos. Además, tendremos el gozo de reencontrarnos con seres queridos en Cristo, y ver a nuestro Salvador cara a cara.

Cuando una persona entiende lo que logró la resurrección de Jesús, no tiene ninguna razón para permitir que las penas y las preocupaciones del mundo le lleven a la desesperanza (v. 18). Por eso, invirtamos en nuestro futuro eterno, viviendo con la perspectiva de la resurrección, y sirviendo fielmente al Salvador resucitado.
 
Dios te bendiga con Gracia y Paz

Pr. Dolreich Artigas

sábado, 19 de abril de 2014

10 razones para creer en la resurrección de Cristo

Cerca del año 55 d.C., el apóstol Pablo escribió que el Cristo resucitado había sido visto por Pedro, los doce apóstoles, más de 500 personas (muchas de las cuales todavía vivían cuando se escribió la
carta).

 
Estados Unidos | Lunes 9 de Abril, 2007 | Por Patricio | NoticiaCristiana.com   

1. Una ejecución pública aseguró su muerte.- Durante la fiesta judía de la Pascua, Jesús fue arrastrado por una multitud airada a una corte judicial romana. Mientras se encontraba ante Pilato, el gobernador de Judea, los líderes religiosos acusaron a Jesús de proclamarse a Sí mismo rey de los judíos. La multitud demandó que lo mataran.
Jesús fue golpeado, azotado y sentenciado a la ejecución pública.
En una loma en las afueras de Jerusalén lo crucificaron en medio de dos criminales. Tanto sus amigos, con el corazón destrozado, como sus burlones enemigos, lo vieron morir lentamente. Como se acercaba el día de reposo, enviaron soldados romanos a terminar la ejecución. Para que los malhechores murieran más rápido, les rompieron las piernas. Pero cuando fueron a Jesús no le rompieron las piernas porque por experiencia sabían que ya estaba muerto. Sin embargo, como última precaución lo clavaron en el costado. Habría que darle mucho más que primeros auxilios para que volviera a causarles problemas.

2.- Un alto oficial se encargó de la seguridad de la tumba.- Al otro día, los líderes religiosos se volvieron a reunir con Pilato. Dijeron que Jesús había predicho que resucitaría en tres días. Para asegurarse de que los discípulos no conspiraran y engañaran a todos diciendo que había resucitado, Pilato ordenó que se pusiera el sello oficial de Roma a la tumba, para que los ladrones de tumbas se mantuvieran alejados.
Además, para que se cumplieran esas órdenes, se puso una guardia a cuidar de la tumba. Cualquier discípulo que tratara de mover el cuerpo hubiera tenido que pasar por en medio de los guardias, lo cual no hubiera sido fácil. Los guardias romanos tenían buenas razones para mantenerse alertas, ya que la pena por dormirse durante la guardia era la muerte.

3.- A pesar de los guardias, encontraron la tumba vacía.- La mañana siguiente al día de reposo, algunos de los seguidores de Jesús fueron a la tumba para ungir su cuerpo. Pero cuando llegaron, se sorprendieron de lo que encontraron. La peña gigantesca que cubría la tumba había sido removida, y el cuerpo de Jesús no estaba adentro. Cuando se corrió la voz, dos discípulos se apresuraron a ir a la tumba. Estaba vacía, a excepción de las envolturas de Jesús, que estaban dobladas nítidamente en su lugar.
Mientras tanto, algunos de los guardias habían ido a Jerusalén para decir a los oficiales judíos que se habían desmayado ante la presencia de un ser sobrenatural que quitó la piedra. Y cuando despertaron, la tumba estaba vacía. Los oficiales pagaron a los guardas una gran suma de dinero para que mintieran diciendo que los discípulos se habían robado el cuerpo mientras ellos dormían. Aseguraron a los guardas que si el informe del cuerpo perdido llegaba a oídos del gobernador, intercederían a favor de ellos.

4.- Muchas personas dijeron haberlo visto vivo.- Cerca del año 55 d.C., el apóstol Pablo escribió que el Cristo resucitado había sido visto por Pedro, los doce apóstoles, más de 500 personas (muchas de las cuales todavía vivían cuando se escribió la carta), Jacobo y él mismo 1 Corintios 15:5-8). Al hacer una aseveración tan pública, dio a sus críticos la oportunidad de verificar sus afirmaciones por sí mismos. Además, el Nuevo Testamento comienza su historia de los seguidores de Cristo diciendo que Jesús «después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles [a los apóstoles] durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios» Hechos 1:3).

5.- Sus apóstoles cambiaron de forma dramática.- Cuando uno de los hombres más cercanos a Cristo lo abandonó y lo traicionó, los otros apóstoles corrieron para salvar sus vidas. Hasta Pedro, quien antes había insistido en estar dispuesto a morir por su Maestro, se desalentó e incluso negó conocer a Jesús. Sin embargo, los apóstoles experimentaron un cambio dramático. En unas pocas semanas se encontraban cara a cara ante aquellos que habían crucificado a su líder. Su espíritu era como el hierro.
Se volvieron indomables en su determinación de sacrificar todo por Aquel a quien llamaban Salvador y Señor. Aun después de ser encarcelados, amenazados, y aunque se les prohibió hablar en el nombre de Jesús, los apóstoles dijeron a los líderes judíos: «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres» Hechos 5:29). Luego de azotarlos por desobedecer las órdenes del consejo judío, estos mismos apóstoles que una vez fueron cobardes «no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo» Hechos 5:42).

6.- Los testigos murieron por la verdad.- La historia está llena de mártires. Innumerables hombres y mujeres han muerto por sus creencias. Por esa razón, no es tan significativo señalar que los discípulos estuvieron dispuestos a sufrir y a morir por su fe. Sin embargo, sí es significativo que aunque muchos mueren por defender lo que para ellos es cierto, pocos, si acaso, están dispuestos a morir por algo que saben es una mentira.
Ese hecho psicológico es importante porque los discípulos de Cristo no murieron por creencias profundamente arraigadas sobre las cuales pudieran haber estado honestamente equivocados. Murieron por asegurar que habían visto a Jesús vivo y bien luego de Su resurrección. Murieron por asegurar que Jesucristo, no sólo había muerto por sus pecados, sino que se había levantado corporalmente de entre los muertos para demostrar que era muy diferente de cualquier otro líder espiritual que hubiera vivido jamás.

7.- Los judíos cambiaron su día de adoración.- El día de reposo y adoración era un elemento básico de la forma de vida judía. Cualquier judío que no honrara el día de reposo era culpable de violar la ley de Moisés. Sin embargo, los judíos seguidores de Cristo comenzaron a adorar con los creyentes gentiles en un día nuevo. El primer día de la semana, el día en el que creían que Cristo se había levantado de entre los muertos, reemplazó al sábado o día de reposo judío.
Para un judío, se trataba de un cambio de vida muy importante. El nuevo día, junto con el rito del bautismo característico de la conversión cristiana, declaraban que aquellos que creían que Cristo se había levantado de entre los muertos estaban listos para algo más profundo que un reavivamiento del judaísmo. Creían que la muerte y resurrección de Cristo habían abierto el camino hacia una nueva relación con Dios. El nuevo camino no estaba basado en la ley sino en la ayuda de un Salvador resucitado que llevó sus pecados y les dio nueva vida.

8.- Aunque inesperado, fue profetizado claramente.- Los discípulos fueron tomados por sorpresa. Esperaban que su Mesías restaurara el reino de Israel. Sus mentes estaban tan fijas en la venida de un reino político mesiánico que no esperaban los eventos esenciales para la salvación de sus almas. Deben haber pensado que Cristo hablaba en un lenguaje simbólico cuando decía una y otra vez que era necesario que fuera a Jerusalén a morir y a resucitar de entre los muertos. No supieron ver el significado obvio de las palabras de Aquel que hablaba en parábolas hasta mucho después de que todo terminara. En ese proceso, tampoco se fijaron en las predicciones del profeta Isaías de un siervo sufrido que llevaría los pecados de Israel, que sería llevado como cordero al matadero, antes que Dios le concediera vivir «por largos días» Isaías 53:10).

9.- Era el clímax apropiado de una vida milagrosa.- Mientras Jesús colgaba de una cruz romana, la muchedumbre de burlaba de Él. Ayudó a otros, pero, ¿podría ayudarse a Sí mismo? ¿Habría llegado súbitamente el fin del milagro? Parecía ser un final inesperado para alguien que comenzó su vida pública convirtiendo agua en vino. Durante los tres años de su ministerio, caminó sobre agua, sanó a los enfermos, abrió los ojos de los ciegos y los oídos de los sordos, soltó la lengua de los mudos, restauró brazos y piernas secas, sacó demonios, calmó una tormenta violenta, y resucitó muertos.
Hizo preguntas que ni aún los sabios supieron responder. Enseñó profundas verdades con las más simples comparaciones. Y confrontó a los hipócritas con palabras que los desenmascararon. Si todo esto fue cierto, ¿por qué ha de sorprendernos que sus enemigos no dijeran la última palabra?

10.- Concuerda con la experiencia de los que confían en Él.- El apóstol Pablo escribió: «Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros» Romanos 8:11). Esa fue la experiencia de Pablo, cuyo corazón fue transformado de forma dramática por el Cristo resucitado.
También ha sido la experiencia de personas alrededor del mundo que han «muerto» a su vieja manera de vivir para que Cristo pueda vivir Su vida a través de ellos. Este poder espiritual no es evidente en aquellos que tratan de añadir el creer en Cristo a su vieja manera de vivir, sino sólo en aquellos que están dispuestos a «morir» a su vieja vida para permitir que Cristo los gobierne; aquellos que responden a la sobrecogedora evidencia de la resurrección de Cristo reconociendo Su señorío sobre sus corazones.



Dios les conceda Gracia y Paz

Pr. Dolreich Artigas

jueves, 17 de abril de 2014

Oración en la hora de la 
desesperación

Por Winn Collier
"Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú" (Mt 26.39)

El sufrimiento de Jesús no comenzó con los latigazos que recibió o con su lenta y agonizante marcha al Calvario. La Biblia nos dice que el Señor sufrió durante sus oscuras horas en Getsemaní, el lugar en donde "comenzó a entristecerse y a angustiarse" (Mt 26.37). Sabiendo que pronto se entregaría a sí mismo al inmenso horror de la cruz, Jesús aceptó el asfixiante peso de todo lo que vendría. Las palabras que dijo a Pedro, Jacobo y Juan revelan su agudo dolor: "Mi alma está muy triste, hasta la muerte" (v. 38). Este hecho todavía nos deja estupefactos: Jesús, el Hijo de Dios, experimentó la desesperación profunda -conoció cada temor humano, cada ansiedad. No hay ninguna tentación o temor humanos que Jesús no experimentara.

El evangelio de Juan resalta que Getsemaní era un huerto (18.1), y su narración está llena de imágenes de la creación desde las primeras frases hasta las escenas de la resurrección. El escritor, al parecer, quiere que conectemos al Getsemaní con otro huerto, donde una serpiente abordó a Adán y Eva. Juan quiere estar seguro de que entendamos que, aunque ellos sucumbieron a la tentación, Jesús no lo haría. Donde fallaron el primer hombre y la primera mujer, el Hijo del Hombre triunfaría. Aunque nosotros sucumbimos bajo el peso del temor o de la seducción del pecado, Jesús triunfa.

Pero antes de la victoria hubo muerte, separación y fracaso aparente. Antes de la resurrección, hubo un largo período donde parecía que la esperanza se había disipado, donde uno se preguntaba si el amor había fracasado.

En el huerto, mientras se acercaban las horas del mal, el corazón de Jesús se derramaba. Nuestro Señor, en su desesperación, hizo lo que su alma sabía hacer: Jesús oró, diciendo: "Padre mío, si es posible, pasa de mí esta copa..." (Mt 26.39). Jesús no se limitó a practicar su disciplina espiritual o a darnos un ejemplo a imitar. En vez de eso, su alma había quedado al desnudo, y fue al Único que puede estar con nosotros en tales profundidades. Jesús fue al Padre celestial.

A veces tendemos a pensar que la oración es solo un tiempo de calma e introspección. Pero la oración nace a menudo de una simple necesidad. Cuando oramos, buscamos dirección, y simplemente gritamos: "¡Socorro!"

Dios te Bendiga con Gracia y Paz...

Pr. Dolreich Artigas

martes, 15 de abril de 2014

Kaká: “Solamente Jesús puede darte lo que realmente hace falta”

“No es porque sea rico, célebre, que tengo necesidad de Jesús. Necesito de Jesús porque necesito de Jesús",
La Fraternidad Ecuméncia Internacional: “Net for God”, entidad de la Comunidad del “Chemin Neuf” entrevistó Kaká quien actualmente es el centrocampista en el AC Milan de la Serie A de Italia.
De entrada Kaká aclara que la abundancia de bienes nos es comparado con la necesidad que tiene por Jesucristo: “No es porque sea rico, célebre, que tengo necesidad de Jesús.

Necesito de Jesús porque necesito de Jesús. Es sólo por eso, porque necesito de Él” y se pregunta: “De lo contrario Dios sería un Dios muy injusto. ¿Por qué el rico no necesitaría de Él y el pobre sí? ¿Por qué el blanco no necesitaría de Él y el negro no?”. El 
centrocampista afirma que a pesar de la fama él intenta hacerlo de la mejor manera posible su relación cotidiana con Dios: “Hago todo  lo     que puedo hacer. Yo planto, riego y el fruto viene de Él”. No obstante se encuentra confiado y tranquilo: “Debo hacer lo que me incumbe hacer. De esta manera si gano o pierdo, eso ya no me pertenece”.
“Él es el árbol y yo soy solo la rama”, confiesa Kaká resaltando que el futbol ocupa mucho de su tiempo y de su concentración lo que podría llevarle a problemas familiares: “Es por eso que yo busco siempre un equilibrio entre ese tiempo y el tiempo con mi familia principalmente y después me ocupo de otras prioridades”. “La fe y Jesús me ayudan mucho en todo esto”.
Kaká es consciente de la responsabilidad que tiene como gran estrella del fútbol y por eso habla del ejemplo: “Es importante decirlo, pero sobre todo mostrar el ejemplo” y afirma que intenta ayudar al prójimo y defender los valores de la familia siempre que puede: “a fin de que las personas que me rodean reconozcan mis palabras en mis acciones”.
En realidad su testimonio lo ha llevado hasta a ser consejeros de sus compañeros: “jugadores que pasan por un momento difícil en casa me piden ayuda para tomar una decisión”, así que Kaká muestra cómo ora y acompaña a estos compañeros “para que ellos puedan tomar una buena decisión”.
Precisamente es esta oración de donde Kaká saca fuerza para el día a día: “Paso el día entero orando, así que todo lo que tengo que hacer lo hago orando y buscando a Dios. En cada momento de mi jornada” y muestra su experiencia de cómo Dios habla con el ser humano de maneras distintas: “Dios me habla a través de una película que miro, a través de una música, a través de un momento pasado con mis hijos o mi mujer. El mundo de hoy puede ofrecer un gran número de posibilidades, pero solamente Jesús puede darte lo que hace falta, darle un sentido a tu vida”.

Dios continue bendiciendo tu vida

Pr. Dolreich Artigas