10 razones para creer en la resurrección de Cristo
Cerca del año 55 d.C., el apóstol Pablo escribió que el
Cristo resucitado había sido visto por Pedro, los doce apóstoles, más
de 500 personas (muchas de las cuales todavía vivían cuando se escribió
la
carta).
Estados Unidos | Lunes 9 de Abril, 2007 | Por Patricio | NoticiaCristiana.com
1. Una ejecución pública
aseguró su muerte.- Durante la fiesta judía de la Pascua, Jesús fue
arrastrado por una multitud airada a una corte judicial romana.
Mientras se encontraba ante Pilato, el gobernador de Judea, los líderes
religiosos acusaron a Jesús de proclamarse a Sí mismo rey de los
judíos. La multitud demandó que lo mataran.
Jesús fue golpeado, azotado y sentenciado a la ejecución pública.
En una loma en las afueras
de Jerusalén lo crucificaron en medio de dos criminales. Tanto sus
amigos, con el corazón destrozado, como sus burlones enemigos, lo
vieron morir lentamente. Como se acercaba el día de reposo, enviaron
soldados romanos a terminar la ejecución. Para que los malhechores
murieran más rápido, les rompieron las piernas. Pero cuando fueron a
Jesús no le rompieron las piernas porque por experiencia sabían que ya
estaba muerto. Sin embargo, como última precaución lo clavaron en el
costado. Habría que darle mucho más que primeros auxilios para que
volviera a causarles problemas.
2.- Un alto oficial se
encargó de la seguridad de la tumba.- Al otro día, los líderes
religiosos se volvieron a reunir con Pilato. Dijeron que Jesús había
predicho que resucitaría en tres días. Para asegurarse de que los
discípulos no conspiraran y engañaran a todos diciendo que había
resucitado, Pilato ordenó que se pusiera el sello oficial de Roma a la
tumba, para que los ladrones de tumbas se mantuvieran alejados.
Además, para que se
cumplieran esas órdenes, se puso una guardia a cuidar de la tumba.
Cualquier discípulo que tratara de mover el cuerpo hubiera tenido que
pasar por en medio de los guardias, lo cual no hubiera sido fácil. Los
guardias romanos tenían buenas razones para mantenerse alertas, ya que
la pena por dormirse durante la guardia era la muerte.
3.- A pesar de los guardias,
encontraron la tumba vacía.- La mañana siguiente al día de reposo,
algunos de los seguidores de Jesús fueron a la tumba para ungir su
cuerpo. Pero cuando llegaron, se sorprendieron de lo que encontraron.
La peña gigantesca que cubría la tumba había sido removida, y el cuerpo
de Jesús no estaba adentro. Cuando se corrió la voz, dos discípulos se
apresuraron a ir a la tumba. Estaba vacía, a excepción de las
envolturas de Jesús, que estaban dobladas nítidamente en su lugar.
Mientras tanto, algunos de
los guardias habían ido a Jerusalén para decir a los oficiales judíos
que se habían desmayado ante la presencia de un ser sobrenatural que
quitó la piedra. Y cuando despertaron, la tumba estaba vacía. Los
oficiales pagaron a los guardas una gran suma de dinero para que
mintieran diciendo que los discípulos se habían robado el cuerpo
mientras ellos dormían. Aseguraron a los guardas que si el informe del
cuerpo perdido llegaba a oídos del gobernador, intercederían a favor de
ellos.
4.- Muchas personas dijeron
haberlo visto vivo.- Cerca del año 55 d.C., el apóstol Pablo escribió
que el Cristo resucitado había sido visto por Pedro, los doce
apóstoles, más de 500 personas (muchas de las cuales todavía vivían
cuando se escribió la carta), Jacobo y él mismo 1 Corintios 15:5-8). Al
hacer una aseveración tan pública, dio a sus críticos la oportunidad
de verificar sus afirmaciones por sí mismos. Además, el Nuevo
Testamento comienza su historia de los seguidores de Cristo diciendo
que Jesús «después de haber padecido, se presentó vivo con muchas
pruebas indubitables, apareciéndoseles [a los apóstoles] durante
cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios» Hechos 1:3).
5.- Sus apóstoles cambiaron
de forma dramática.- Cuando uno de los hombres más cercanos a Cristo lo
abandonó y lo traicionó, los otros apóstoles corrieron para salvar sus
vidas. Hasta Pedro, quien antes había insistido en estar dispuesto a
morir por su Maestro, se desalentó e incluso negó conocer a Jesús. Sin
embargo, los apóstoles experimentaron un cambio dramático. En unas
pocas semanas se encontraban cara a cara ante aquellos que habían
crucificado a su líder. Su espíritu era como el hierro.
Se volvieron indomables en
su determinación de sacrificar todo por Aquel a quien llamaban Salvador
y Señor. Aun después de ser encarcelados, amenazados, y aunque se les
prohibió hablar en el nombre de Jesús, los apóstoles dijeron a los
líderes judíos: «Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres»
Hechos 5:29). Luego de azotarlos por desobedecer las órdenes del
consejo judío, estos mismos apóstoles que una vez fueron cobardes «no
cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo» Hechos 5:42).
6.- Los testigos murieron
por la verdad.- La historia está llena de mártires. Innumerables
hombres y mujeres han muerto por sus creencias. Por esa razón, no es
tan significativo señalar que los discípulos estuvieron dispuestos a
sufrir y a morir por su fe. Sin embargo, sí es significativo que aunque
muchos mueren por defender lo que para ellos es cierto, pocos, si
acaso, están dispuestos a morir por algo que saben es una mentira.
Ese hecho psicológico es
importante porque los discípulos de Cristo no murieron por creencias
profundamente arraigadas sobre las cuales pudieran haber estado
honestamente equivocados. Murieron por asegurar que habían visto a
Jesús vivo y bien luego de Su resurrección. Murieron por asegurar que
Jesucristo, no sólo había muerto por sus pecados, sino que se había
levantado corporalmente de entre los muertos para demostrar que era muy
diferente de cualquier otro líder espiritual que hubiera vivido jamás.
7.- Los judíos cambiaron su
día de adoración.- El día de reposo y adoración era un elemento básico
de la forma de vida judía. Cualquier judío que no honrara el día de
reposo era culpable de violar la ley de Moisés. Sin embargo, los judíos
seguidores de Cristo comenzaron a adorar con los creyentes gentiles en
un día nuevo. El primer día de la semana, el día en el que creían que
Cristo se había levantado de entre los muertos, reemplazó al sábado o
día de reposo judío.
Para un judío, se trataba de
un cambio de vida muy importante. El nuevo día, junto con el rito del
bautismo característico de la conversión cristiana, declaraban que
aquellos que creían que Cristo se había levantado de entre los muertos
estaban listos para algo más profundo que un reavivamiento del
judaísmo. Creían que la muerte y resurrección de Cristo habían abierto
el camino hacia una nueva relación con Dios. El nuevo camino no estaba
basado en la ley sino en la ayuda de un Salvador resucitado que llevó
sus pecados y les dio nueva vida.
8.- Aunque inesperado, fue
profetizado claramente.- Los discípulos fueron tomados por sorpresa.
Esperaban que su Mesías restaurara el reino de Israel. Sus mentes
estaban tan fijas en la venida de un reino político mesiánico que no
esperaban los eventos esenciales para la salvación de sus almas. Deben
haber pensado que Cristo hablaba en un lenguaje simbólico cuando decía
una y otra vez que era necesario que fuera a Jerusalén a morir y a
resucitar de entre los muertos. No supieron ver el significado obvio de
las palabras de Aquel que hablaba en parábolas hasta mucho después de
que todo terminara. En ese proceso, tampoco se fijaron en las
predicciones del profeta Isaías de un siervo sufrido que llevaría los
pecados de Israel, que sería llevado como cordero al matadero, antes
que Dios le concediera vivir «por largos días» Isaías 53:10).
9.- Era el clímax apropiado
de una vida milagrosa.- Mientras Jesús colgaba de una cruz romana, la
muchedumbre de burlaba de Él. Ayudó a otros, pero, ¿podría ayudarse a
Sí mismo? ¿Habría llegado súbitamente el fin del milagro? Parecía ser
un final inesperado para alguien que comenzó su vida pública
convirtiendo agua en vino. Durante los tres años de su ministerio,
caminó sobre agua, sanó a los enfermos, abrió los ojos de los ciegos y
los oídos de los sordos, soltó la lengua de los mudos, restauró brazos y
piernas secas, sacó demonios, calmó una tormenta violenta, y resucitó
muertos.
Hizo preguntas que ni aún
los sabios supieron responder. Enseñó profundas verdades con las más
simples comparaciones. Y confrontó a los hipócritas con palabras que
los desenmascararon. Si todo esto fue cierto, ¿por qué ha de
sorprendernos que sus enemigos no dijeran la última palabra?
10.- Concuerda con la
experiencia de los que confían en Él.- El apóstol Pablo escribió: «Y si
el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en
vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará
también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros»
Romanos 8:11). Esa fue la experiencia de Pablo, cuyo corazón fue
transformado de forma dramática por el Cristo resucitado.
También ha sido la
experiencia de personas alrededor del mundo que han «muerto» a su vieja
manera de vivir para que Cristo pueda vivir Su vida a través de ellos.
Este poder espiritual no es evidente en aquellos que tratan de añadir
el creer en Cristo a su vieja manera de vivir, sino sólo en aquellos
que están dispuestos a «morir» a su vieja vida para permitir que Cristo
los gobierne; aquellos que responden a la sobrecogedora evidencia de
la resurrección de Cristo reconociendo Su señorío sobre sus corazones.
Dios les conceda Gracia y Paz
Pr. Dolreich Artigas