La Palabra entre nosotros
Por David C. Egner
"Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros". -Salmo 119:24 | Leer: Salmo 119:17-24
La Palabra de Dios nos llega de muchas maneras. Las predicaciones centradas en la Biblia, la lectura, los cánticos, los grupos de estudio y los artículos devocionales nos presentan las verdades del Señor contenidas en las Escrituras. Sin embargo, no podemos pasar por alto la lectura y el estudio personal.
Hace poco, mi corazón fue tocado por un estudio minucioso, párrafo por párrafo, de Deuteronomio, paralelamente con el Sermón del monte, en Mateo 5-7. Ambos pasajes contienen códigos de fe: los Diez Mandamientos (Deuteronomio 5:6-21) y las Bienaventuranzas (Mateo 5:3-12). Deuteronomio nos muestra el antiguo pacto: la ley que Dios quería que siguiera su pueblo. En Mateo, Jesús nos muestra cómo vino Él a cumplir esa ley y a establecer los principios del nuevo pacto, el cual nos libera del peso de la ley.
El Espíritu Santo viene con la Palabra de Dios para enseñarnos, darnos poder, instruirnos, convencernos y purificarnos. El resultado es entendimiento, arrepentimiento, renovación y crecimiento en Cristo. El teólogo Philip Jacob Spener escribió: «Cuanto más a gusto estemos con la Palabra de Dios, más fe y más de sus frutos tendremos». Oremos con el salmista: «Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley» (Salmo 119:18), para que podamos poner estas cosas en práctica en nuestra vida.
Cuando la Palabra de Dios está en nuestro interior, ella fluye de nuestras vidas.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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