El gozo de la obediencia
Dr. Charles Stanley
"Fíate
de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas"
(Proverbios 3.5, 6).
Las
personas asocian a menudo la palabra obedecer con la crianza de los
hijos. Pero el sometimiento a la voluntad de Dios es importante en cada
etapa de la madurez espiritual del creyente. A medida que nuestra fe
crece, la obediencia se convierte en la piedra angular de nuestra
comunión con nuestro Padre celestial.
Curiosamente,
algunos creyentes descuidan su obediencia al Señor con el paso de los
años. Un creyente puede decirse a sí mismo que ha aprendido a vivir
rectamente y, por tanto, ya no necesita vivir obedeciendo al Señor. En
poco tiempo, se encontrará lejos del camino que Dios quería, vagando por
ahí con un montón de trapos sucios creyendo que son buenas obras (Is 64.6).
La desobediencia le dice al Señor: "Yo sé mejor que tú cómo gobernar mi
vida". Nada podría estar más lejos de la verdad. La Biblia y los
miembros de las iglesias están llenos de historias que demuestran que la
obediente sumisión a Dios es la única manera de tener gozo.
Nada
bueno puede venir de rebelarse contra el Señor, y nada malo puede venir
de obedecerle. La obediencia es el camino a la sabiduría y la
bendición. Cuando sometemos nuestra voluntad a la de Dios, ponemos
nuestra esperanza y nuestra confianza en Aquel que nos creó y nos ama
incondicionalmente. Una vida bien vivida es aquella que tiene la mirada
enfocada en el Señor, los oídos abiertos a la apacible voz del Espíritu
Santo, y el corazón hambriento por la Palabra de Dios. Cuando elegimos
vivir de esa manera, podemos tener la garantía de que recibiremos lo
mejor de Dios.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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