Fracasar no es la muerte
"Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente" (Juan 6:69). | Lectura: Juan 18:15-27
El
Primer Ministro Winston Churchill sabía cómo levantar el ánimo del
pueblo británico durante la Segunda Guerra Mundial. El 18 de junio de
1940, le dijo a una multitud atemorizada: «Hitler sabe que tendrá
destruirnos [...] o perder la guerra [...]. Por lo tanto, tengamos ánimo
[...] y sostengámonos de tal manera que, si el Imperio Británico
[perdura] por mil años, los hombres sigan diciendo: "¡Ese fue su hora de
gloria!"».
A
todos nos gustaría que nos recordaran por nuestra «hora de gloria». Tal
vez la de Pedro fue cuando proclamó: «tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente» (Juan 6:69). Sin embargo, a veces permitimos que nuestros
fracasos sean lo que nos definan. Después que Pedro dijo varias veces
que no conocía a Jesús, salió y lloró amargamente (Mateo 26:75; Juan
18).
Como
Pedro, todos fallamos: en nuestras relaciones interpersonales, en
nuestra lucha contra el pecado, y en nuestra fidelidad a Dios. Pero
«fracasar no es inevitable», como señaló también Churchill. Felizmente,
esto se aplica a nuestra vida espiritual. Jesús le perdonó su fracaso al
arrepentido Pedro (Juan 21) y lo utilizó para predicar y guiar a muchos
al Salvador.
Fracasar no es la muerte. Con amor, Dios restaura a los que vuelven a Él.
Cuando Dios perdona, quita el pecado y restaura el alma.
Por Cindy Hess Kasper
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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