La oveja que falta
"Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado"(Salmo 100:3). | Lectura: Lucas 15:1-10
Laura
montó en un remolque una cabra y una oveja prestadas para llevarlas a
la iglesia al ensayo de una obra en vivo del nacimiento navideño. Los
animales se dieron cabezazos y se acosaron entre sí por un rato, y,
después, se calmaron. Laura partió para la iglesia, pero tuvo primero
que detenerse a poner combustible.
Mientras
estaba allí, ¡vio que la cabra estaba parada en el área de
estacionamiento... y que la oveja había desaparecido! En medio del lío
para subirlas, había olvidado trabar una de las cerraduras. Llamó a la
policía y a algunos amigos, los cuales buscaron desesperadamente por
todas partes hasta que oscureció. Muchos oraban para que encontrara los
animales prestados.
Al
día siguiente, Laura y un amigo salieron a poner carteles que decían:
«Se perdió una oveja». Fueron a la gasolinera y, allí, un cliente que
escuchó lo que hablaban dijo: « ¡Me parece que sé dónde está!». Un
vecino suyo la había visto en su granja y la metió en el corral, para
que pasara la noche.
Al
Señor le interesan las ovejas perdidas, incluidos tú y yo. Jesús vino
del cielo a la Tierra para mostrarnos su amor y salvarnos (Juan 3:16), y
no escatima esfuerzos para encontrarnos (Lucas 19:10).
Cuando Laura encontró la oveja, la llamó Milagros.
Para nosotros, la salvación en Dios es un milagro de su gracia.
Por Anne Cetas
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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