Luz en la oscuridad
"Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas". | Leer: Juan 12:42-50
Durante
un viaje a Perú, visité una de las numerosas cuevas que se encuentran
en ese montañoso país. Nuestro guía nos dijo que esa cueva en particular
había sido explorada hasta una profundidad de casi 15 kilómetros, y que
era más profunda. Vimos murciélagos increíbles, aves nocturnas e
interesantes formaciones rocosas. Sin embargo, poco después, la
oscuridad se tornó inquietante, casi sofocante. Sentí un gran alivio
cuando volví a la superficie y a la luz del día.
Esa
experiencia fue un recordatorio impactante de lo opresiva que puede ser
la oscuridad y de cuánto necesitamos la luz. Vivimos en un mundo
oscurecido por el pecado y que se ha vuelto en contra de su Creador. Por
eso, necesitamos la verdadera Luz. Jesús, quien vino a restaurar toda
la creación (incluida la humanidad) a su propósito original, se refirió a
sí mismo como esa «luz» (Juan 8:12); y agregó: «he venido al mundo,
para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas» (12:46).
En
Él, no solo tenemos la luz de la salvación, sino al único que puede
indicarnos el camino, su camino, en medio de la oscuridad espiritual de
este mundo.
Si caminamos en la luz, no tropezaremos en la oscuridad.
Por Bill Crowder
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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