Dr. Charles Stanley
23 de enero de 2015
Gracia a la vista de todos
"La gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús" (1 Ti 1.14). | Leer: 1 Timoteo 1.12-17
Pablo
se describía a sí mismo como el peor de los pecadores, pero también
alguien a quien el Señor había revelado su favor y su amor (1 Ti 1.16).
Por la gracia divina, el apóstol recibió vida espiritual, y se
convirtió en un miembro de la familia de Dios. Tenía un nuevo propósito
para vivir -glorificar a su Padre celestial y ayudar a edificar su
reino. Desde ese día en adelante, las actitudes y la conducta de Pablo
fueron dramáticamente diferentes.
Por
la obra transformadora del Espíritu Santo, el carácter de Pablo se
caracterizó cada vez más por la gratitud y la compasión. Sus escritos
expresaban una y otra vez su gratitud por las bendiciones de Dios, y
exhortaba a los demás a ser agradecidos, también. Sus palabras revelan,
asimismo, humildad. Pablo, que había recibido una gran educación,
consideraba ahora todas sus credenciales como "pérdida por la excelencia
del conocimiento de Cristo Jesús, [su] Señor" (Fil 3.8).
Después
que Pablo se encontró con el Salvador, sus acciones cambiaron
drásticamente. Se preocupaba profundamente por quienes estaban separados
de Dios, y deseaba fervientemente ayudar a los cristianos a crecer en
la fe. Por el resto de su vida, sirvió al Señor anunciando el evangelio,
alentando a sus hermanos en la fe y respondiendo a las necesidades de
otros. Aceptó que el sufrimiento por la causa de Cristo era parte de
esta nueva vida.
Al
leer sobre la vida del apóstol, vemos la gracia a la vista de todos.
Fue usado como embajador de Dios a los gentiles. El Espíritu Santo busca
transformar nuestras vidas, así como lo hizo con la de Pablo. ¿Está
usted permitiendo que la gracia de Dios actúe en su interior?
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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