Jesús: El Salvador que nos busca
Dr. Charles Stanley
"He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Ap 3.20).
Los
cristianos de Laodicea se veían a sí mismos como ricos y
autosuficientes cuando, en realidad, su ceguera espiritual y su
fariseísmo les habían impedido reconocer su verdadera pobreza. A pesar
de que habían cerrado la puerta entre ellos y el Señor Jesús, Él nunca
renunció a ellos. Apocalipsis 3.20 enseña que Jesús...
* Está a la puerta- Él Señor toma la iniciativa. Está listo y dispuesto a buscarnos, incluso cuando hayamos levantado una barrera.
* Llama a la puerta-
Él trata de llamar nuestra atención por varios medios, incluyendo
circunstancias, sufrimientos, pruebas, convicción de pecado, insomnio o
su Palabra. Luego espera con paciencia nuestra respuesta.
* Nos invita a abrir la puerta- Aunque Cristo es omnipotente, nunca nos obliga a relacionarnos con Él.
* Atraviesa la puerta-
Si le abrimos nuestro corazón, Él entrará en nuestras vidas. Por medio
de la presencia interior del Espíritu Santo, participamos efectivamente
de la naturaleza divina de Cristo, y somos transformados a su imagen.
* Cena con nosotros-
Ahora que nada se interpone entre nosotros y Jesús, podemos comenzar a
disfrutar de todos los beneficios de una relación estrecha con Él, y ser
alimentados por su Palabra.
¿Dónde
está usted en este proceso? ¿Ha levantado una barrera entre usted y el
Señor? Los laodicenses nos enseñan lo infelices que somos cuando
mantenemos a distancia al Señor Jesús. Solo si le permitimos un acceso
irrestricto a nuestras vidas, experimentaremos el gozo de vivir con Él.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ.
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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