viernes, 29 de agosto de 2014

AL SER HUMILDES...

Una ilustración de humildad  

Leer: Juan 13:1-11
"Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes". -Santiago 4:6

En una Semana Santa, mi esposa y yo asistimos a una reunión en una iglesia donde los participantes buscaban representar los sucesos que Jesús y sus discípulos experimentaron la noche antes de que Él fuera crucificado. Como parte del servicio, los miembros del personal de la iglesia lavaron los pies a algunos de los colaboradores voluntarios de la congregación. Mientras yo miraba, me preguntaba qué expresa más humildad hoy: ¿lavar los pies de otra persona o que alguien lave los nuestros? Tanto unos como otros, los que servían y los que eran servidos, mostraban distintas imágenes de humildad.

Cuando Jesús y sus discípulos se reunieron para la Última Cena (Juan 13:1-20), el Señor lavó humildemente los pies a sus seguidores. Pero Simón Pedro se resistió, diciendo: «No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo» (13:8). Lavar los pies no era un simple rito. También puede verse como una ilustración de nuestra necesidad de ser limpiados por Cristo; una limpieza que nunca se llevará a cabo si no estamos dispuestos a ser humildes delante del Salvador.

Santiago escribió: «Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes» (Santiago 4:6). Recibimos la gracia de Dios cuando reconocemos su grandeza, ya que Él se humilló a sí mismo en la cruz (Filipenses 2:5-11).  

La posición más poderosa en la Tierra es la de rodillas delante del Señor del universo.

  DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ

Pr. DOLREICH ARTIGAS

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