Dr. Charles Stanley
"Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Ro 3.23, 24).
Los
bebés tienen la maravillosa capacidad de quedarse dormidos en medio de
un gran bullicio. Cierran sus ojos, sin ningún temor. El deseo de
nuestro Padre celestial es que nosotros tengamos la misma sensación de
seguridad en cuanto a nuestra vida en Él, por medio de Jesucristo.
¿Alguna
vez notó que cuando los bebés empiezan a caminar el temor comienza a
introducirse en sus mentes? Muchos lloran incluso por las más pequeñas
perturbaciones, o se muestran renuentes a separarse de sus padres.
Parecen incapaces de aceptar la seguridad que les da mamá o papá de que
todo está bien. Por mucho tiempo la situación se mantiene; tienen la
misma seguridad y protección que tenían cuando eran bebés, pero carecen
de sensación de seguridad. No quieren creer en las personas que saben la
verdad: Mamá y papá.
Esto
es precisamente lo que hacemos algunos de nosotros. No creemos en lo
que nos asegura nuestro Padre celestial. En el momento de ser salvos,
iniciamos una relación permanente con Dios por medio de Jesucristo y
recibimos vida eterna. Pero, a veces, nos resulta difícil creer que eso
sea cierto.
La
certeza de la salvación no procede de la aplicación de la lógica
humana. Es una cuestión de fe. ¿Creemos lo que Dios nos dice, o no? La
seguridad crece cuando creemos la Palabra de Dios, y no nos valemos ya
de nuestro propio juicio. Primera de Juan 5.13
dice: "Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del
Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna". Crea la poderosa
Palabra de Dios, y regocíjese.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
No hay comentarios.:
Publicar un comentario