Dr. Charles Stanley
"Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios". (Salmo 51.17)
Juan 12.24
nos da una hermosa ilustración del quebrantamiento: "Si el grano de
trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva
mucho fruto". En otras palabras, solamente cayendo y rompiéndose puede
un solo grano producir una abundante cosecha. Si se mantiene aislado y
protegido nunca producirá nada.
Así
es como trabaja el Señor, nos quebranta para producir crecimiento
espiritual y un ministerio asombroso en nuestras vidas. Y el proceso es
siempre el mismo:
1. Dios se fija como objetivo las áreas en que no estamos sometidos a Él.
2. Él dispone las circunstancias y selecciona las herramientas con las cuales quebrar nuestra autosuficiencia.
3. Él controla la presión y el tiempo de esas circunstancias para traernos de vuelta a su voluntad.
2. Él dispone las circunstancias y selecciona las herramientas con las cuales quebrar nuestra autosuficiencia.
3. Él controla la presión y el tiempo de esas circunstancias para traernos de vuelta a su voluntad.
Pero,
lamentablemente, siempre nos resistimos a ser quebrantados. Queremos
seguir el camino más fácil, y tener la esperanza de que Dios bendecirá
nuestra apatía.
Si
nos negamos a ser transformados por medio del quebrantamiento, y en vez
de eso nos aferramos a las cosas que Dios quiere que dejemos, Él nos
pondrá a un lado. Al igual que un grano de trigo intacto, nos
mantendremos solos y sin fruto.
Hermano, ese no es el camino que lleva a la madurez. Nuestro Padre celestial tiene un camino mejor.
El
quebrantamiento duele, pero más duele no ser quebrantado. No se deje
distraer por la felicidad breve. Mire hacia dónde le está conduciendo su
Padre celestial, y deje que Él haga lo que sea necesario para llevarle
hasta allí.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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