El peligro de naufragar
Dr. Charles Stanley
"Manteniendo la fe y la buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos" (1 Ti 1.19).
El
apóstol Pablo quería que su joven discípulo Timoteo entendiera los
fundamentos de la fe. Por tanto, le escribió acerca de dos hombres que
dejaron de hacerle caso a su conciencia. Su ejemplo nos enseña que si no
entendemos realmente lo que es este regalo, corremos el riesgo de
apartarnos de la fe.
Muchas
personas piensan erróneamente que la conciencia es la voz de Dios, en
vez de un regalo que nos ha sido dado por Él. Fuimos creados con un
"monitor interior" que actúa como brújula moral para guiar nuestras
decisiones. Pero la conciencia, como todo lo demás en nosotros, necesita
ser redimida. Dependiendo de cómo haya sido programada, nuestra
conciencia puede llevarnos en la dirección equivocada.
Pablo
mismo es un ejemplo de esto. Su educación como fariseo le había
enseñado que los cristianos eran una amenaza para Dios y la fe judía. Su
conciencia había sido programada para ver el asesinato como un servicio
a Dios. Por eso, buscaba ferozmente a los creyentes y los capturaba,
sin que eso afectara su conciencia. Solo después que el Cristo
resucitado se encontrara con él en el camino de Damasco, su conciencia
fue transformada.
A
menos que dejemos que el Señor nos redima por completo, nuestras
decisiones pueden resultar tan destructivas como si ignoráramos
intencionalmente hacer lo bueno. Si sometemos nuestra conciencia al
Espíritu Santo, encontraremos un puerto seguro cuando las tormentas
amenacen nuestra fe o nuestro futuro.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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