El principio de sembrar y cosechar
Dr. Charles Stanley
"El hombre será saciado de bien del fruto de su boca; Y le será pagado según la obra de sus manos" (Proverbios 12.14).
Gálatas 6.7-10
dice: "Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el
que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que
siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna... Así que,
según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de
la familia de la fe".
Este
pasaje nos recuerda que nuestras buenas acciones nos beneficiarán al
final, mientras que lo malo que hayamos hecho a la larga tendrá
repercusiones nefastas. Este principio va de la mano con la regla de oro
que dice que debemos tratar a los demás como queremos ser tratados. El
Señor nos llama a ser bondadosos y respetuosos con los demás, aunque no
sean fáciles de amar. Es cierto que esto puede ser difícil cuando una
persona nos agravia constantemente, pero si cedemos a nuestra carne y
nos vengamos, estamos sembrando semillas de corrupción, y a su tiempo,
cosecharemos de conformidad con lo sembrado.
Por
otro lado, tratar a alguien bien -aunque no lo merezca- nos
beneficiará. Según la Biblia, debemos "[sembrar] para el Espíritu" y
así cosechar recompensas. Algunos beneficios pueden ser sobrenaturales y
desconocidos para nosotros en el momento, pero sabemos que la
obediencia facilitará el perdón, forjará el carácter, y desarrollará la
paciencia. No importa lo que haga la otra persona, siempre ganamos
cuando obedecemos al Señor.
Piense
en los conflictos como oportunidades para que otros sean testigos del
amor de Dios en acción. Con su ayuda, usted puede sembrar semillas de
amor, gozo y paz que producirán una rica cosecha para su propia vida y
para la de otros.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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