Dios con nosotros
Dr. Charles Stanley
Dr. Charles Stanley
En la Navidad lo que importa es la presencia de Jesús.
La
Navidad puede afectar de maneras diferentes a las personas. Por casi un
mes muchos cristianos y muchas iglesias se embarcan en un frenético
modo de funcionamiento para festejar. Aumentan las decoraciones; las
estaciones de radio transmiten las mismas veinticinco canciones hasta la
saciedad; se hace más larga la lista de cosas por hacer; aumentan los
gastos; abundan los platillos de comida; se intercambian regalos; se
estrenan vestidos relucientes; y se ofrecen grandes fiestas.
En
algún momento, en medio de toda la algarabía, podemos escuchar el
nombre de Jesús o percibir un atisbo de su gloria. Esto no quiere decir
que Él esté ausente, sino que a veces su presencia es difícil de
percibir en medio de tantas distracciones.
Irónicamente,
la esencia de la Navidad es precisamente eso. La presencia de Jesús.
Cantamos "Oh Ven, Emanuel" (No. 54, Himnario Bautista), y recordamos que
este nombre, pronunciado por Isaías siete siglos antes del nacimiento
del Salvador, significa "Dios con nosotros". El profeta predijo la
llegada de un niño nacido de una virgen, que viviría en la Tierra como
Dios encarnado, y que después moriría para pagar nuestra deuda de pecado
(Is 7.14; 53.5),
para hacer posible que el hombre disfrutara de la eternidad junto a Él.
Pero debemos reconocer que el interés de Dios en tener una relación con
la humanidad no se limitó al breve período de tiempo que tuvo lugar
hace 2.000 años.
* Génesis 16.6-14; 22.9-18. Desde el primer capítulo de la Biblia (Gn 1.28),
el Señor se ha dado a conocer al hombre de varias maneras, por medio de
una voz audible, de inspiración, de sueños y de visiones. Además, la
Sagrada Escritura habla de las apariencias visibles de Dios, conocidas
como "teofanías". El visitante de Abraham que predijo el embarazo
milagroso de Sara; y el que luchó con Jacob, eran claramente divinos Gn 18.13, 14; 32.29, 30).
Igualmente, el hombre con el que se encontró Josué antes de liderar la
campaña de Jericó, o Aquel que se le presentó a Moisés delante de la
zarza ardiente (Jos 5.15).
*
Otros pasajes hablan de "el ángel de Jehová", que se apareció a hombres
y mujeres. Los eruditos bíblicos nos dicen que, en el Antiguo
Testamento, esta fraseología -con el artículo definido "el"- indica que
no es un ángel común, sino el Cristo preencarnado. Génesis 16apoya esta idea, ya que "el ángel" tenía el poder de multiplicar la descendencia de Agar (v. 10), y ella lo reconoció como Dios (v. 13).
Unos pocos capítulos más adelante, cuando "el ángel" se aparece de
nuevo a Abraham para evitar que Abraham sacrificara a Isaac, se refiere a
sí mismo como Jehová (22.11, 12, 16).
* Juan 1.1-5, 9-14.
Las palabras iniciales del Evangelio de Juan no se leen
tradicionalmente en los servicios de Navidad, porque no mencionan
específicamente el nacimiento de Jesús; pero expresan de una manera
clara y a la perfección la iniciativa de Dios de vivir entre sus amadas
criaturas, y dar el derecho de ser llamados sus hijos a quienes creen en
Él.
* Mateo 28.20b; Juan 14.1-4, 15-18; Hechos 2.1-4.
Antes y después de su crucifixión, Jesús le aseguró a sus discípulos
que siempre estaría con ellos. No solamente les daría su Espíritu Santo
para que morara en los hijos de Dios durante su vida terrenal; también
iba a prepararles un lugar en el cielo, donde los creyentes disfrutarían
toda la eternidad en su presencia.
* Apocalipsis 21.1-8. En los dos últimos capítulos de la Biblia, Juan hace una detallada descripción de este hogar eterno. Los versículos 3 y 4 del capítulo 21 son
especialmente conmovedores. Dicen que el cielo no es simplemente una
recompensa para quienes sigan fielmente a Cristo, ni es para el disfrute
del creyente; es para el deleite del Señor. Su deseo de relacionarse
con nosotros se cumplirá finalmente cuando su morada se convierta
también en la nuestra, y experimentemos el gozo verdadero y eterno en su
presencia.
Al
acercarse la Navidad, medite en por qué nació Jesús -en vez de
solamente en cómo o dónde- y en cómo puede cambiar la manera en que
celebra el nacimiento del Salvador.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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