Una lección necesaria pero difícil
Dr. Charles Stanley
Leer | Salmo 27.14
"Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; sí, espera a Jehová" (Salmos 27.14).
¿Se
ha preguntado usted alguna vez por qué el salmista une al consejo de
esperar al Señor, con la exhortación de esforzarse y ser valiente? La
razón es que, a veces, esperar es lo más difícil de hacer. De hecho, la
práctica de la paciencia es una de las lecciones más importantes de la
escuela de la obediencia; es esencial que el creyente aprenda a esperar
en Dios.
La cultura moderna vive con mucha prisa: ¡Tengo que tenerlo ya! ¡Tengo que hacerlo ya!
Hemos sido enseñados a permanecer en un estado permanente de alerta. Se
necesita valentía para mantenerse quietos cuando todo el mundo está
apresurado. Se necesitan fuerzas para obedecer cuando nuestro corazón
nos dice: "¡Hazlo ya!", mientras que Dios nos susurra: "Espera". Pero la
gente se apresura a actuar porque tiene miedo de perderse de algo. Los
creyentes que aceptan esa actitud se apresuran a hacer cosas, y después
esperan que el Señor los bendiga.
Dios
no deja nada al azar. No pone delante de nosotros una decisión teniendo
la esperanza de que hagamos lo correcto. Eso sería irresponsable y
ajeno a su naturaleza. El Padre celestial está más que dispuesto a
enseñarnos lo que debemos hacer, porque está interesado en nuestro
bienestar. Pero hasta que el Señor deje claro cuál debe ser el camino a
seguir, tenemos que hacer una pausa y esperar.
Esperar
en Dios no es pasividad ni tampoco una excusa para evadir
responsabilidades. De hecho, quienes buscan la voluntad de Dios son los
que hacen una pausa para orar, escrudiñar la Palabra y ayunar antes de
actuar; mientras siguen sirviendo a Dios dondequiera que puedan.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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