Dr. Charles Stanley
Miércoles, 3 de diciembre de 2014
Miércoles, 3 de diciembre de 2014
Un ancla en la tempestad
Leer | Hebreos 13.5-9
"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (He 13.8).
¿Qué hace usted cuando vienen las tormentas de la vida? ¿A quién acude? ¿Dónde busca alivio y seguridad?
Todos
tenemos conciencia de que estamos sujetos a tormentas, sin previo
aviso, a lo largo de la vida. Sin embargo, aun cuando los problemas nos
hagan tambalear, la Palabra de Dios nos asegura que podemos mantener un
asidero firme, sin importar las circunstancias.
Hay
una verdad maravillosa en la Biblia que, una vez que usted se aferre a
ella, le mantendrá firme durante las situaciones más angustiosas. Esa
ancla para las tormentas de la vida es Jesucristo, aquel que nunca
cambia.
Usted podría preguntarse: ¿Qué quiere decir "ancla"?
Piénselo de esta manera: Todas las cosas que hay en su vida -profesión,
relaciones, finanzas- están sometidas a cambios constantes. De hecho,
usted está creciendo, aprendiendo y cambiando cada día. No hay nada que
alguien pueda hacer para detener este cambio continuo. Por eso, si
tratamos de aferrarnos a cosas como el dinero, los amigos, el trabajo o
el prestigio durante tiempos de dificultad, no podremos evitar ser
tambaleados de un lado a otro. ¿Por qué razón? Porque nos hemos aferrado
a un fundamento que no es estable.
En
cambio, cuando fijamos nuestras esperanzas en Cristo, podemos estar
seguros de que el ancla se sostendrá. Él no se mueve, no cambia y no nos
deja. No importa que todas las cosas de la vida puedan transformarse y
cambiar, Él es el mismo de siempre. Jesús es el único asidero seguro en
un mundo inestable, el cual también tiene el poder de mantenerle a usted
estable.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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