Un renovador encuentro con Dios
Dr. Charles Stanley
"He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado" (Is 6.7).
Vivimos
en tiempos llenos de actividades. Para muchos cristianos -es triste
decirlo- la iglesia es un asunto más en su lista de cosas por hacer, y
piensan que asistir a un servicio cumple con su "deber espiritual". El
resultado es que Dios les parece distante, por lo que no sienten ningún
entusiasmo por la obra, y les falta compasión por los perdidos. A tales
creyentes les resulta fácil comenzar a actuar de manera mundana.
Pero
el Padre celestial desea tener una relación estrecha con sus hijos.
Como en los tiempos de la Biblia, Él sigue teniendo encuentros
personales con su pueblo -a veces para consolar o alentar, y en otros
momentos para guiar o traer convicción de pecado.
En
el pasaje de hoy, el profeta Isaías escribió de un encuentro que tuvo
con el Señor. Su reacción ante la santidad de la presencia de Dios fue
el profundo reconocimiento de su propio pecado: "¡Ay de mí! . . . porque
siendo hombre inmundo de labios.... han visto mis ojos al Rey, Jehová
de los ejércitos" (v. 5).
Tal
como lo experimentó el profeta, cuando Dios nos revela su presencia
somos propensos a ser abrumados por un temor reverente y por la
sensación de nuestra indignidad. Pero después, si respondemos con
arrepentimiento y obediencia, sabremos que nuestros pecados han sido
perdonados (v. 7).
¿Está usted pasando tiempo con el Señor, orando y leyendo su Palabra?
Pídale
a Dios un encuentro personal con Él. Pase tiempo alabándolo, confesando
sus pecados, y rindiendo a Él todos los aspectos de su vida. Y después,
esté atento, con confianza, a lo que Él hará.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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