Nuestro Ayudador en la oración
Dr. Charles Stanley
"El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los
corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la
voluntad de Dios intercede por los santos" (Romanos 8.26, 27)
Los
cristianos necesitamos la ayuda del Espíritu Santo en la oración.
Algunas veces, en nuestra peregrinación de fe, nos damos cuenta de que
no podemos...
- Encontrar las palabras adecuadas
- Discernir la voluntad de Dios
- Reconocer lo que Él está haciendo, o
- Entender una situación.
Los
tiempos de lucha en oración son normales para los creyentes. Por eso,
echemos un vistazo a dos ejemplos bíblicos de la oración en situaciones
difíciles.
Primero,
notemos que en la lectura de hoy, el apóstol Pablo reconoce su débil
vida de oración. Su muy conocida petición era que Dios quitara un
aguijón que había en su carne (2 Co 12.7).
Pablo rogó con desesperación -y probablemente con gran esfuerzo- tener
alivio. Pero con la ayuda del Espíritu Santo, llegó a entender la
decisión del Señor de que soportara con paciencia, a pesar del dolor.
Un
segundo ejemplo es la angustiosa oración de Jesucristo la noche antes
de su crucifixión. Aunque estaba determinado a hacer la voluntad de su
Padre, lo aterrorizaba el monstruoso sufrimiento espiritual que se
aproximaba. Al clamar a Dios desde el Getsemaní, el Salvador dijo:
"Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo
quiero, sino como tú" (Mt 26.39).
Dios
sabía que necesitaríamos ayuda en la oración. Con nuestra limitada
perspectiva humana, no podemos conocer todos los aspectos de las
situaciones que enfrentamos. Pero el Espíritu Santo entiende nuestras
necesidades y nuestras cargas. Él lleva nuestras peticiones a Dios, aun
cuando no podamos expresarlas adecuadamente.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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