Por Dennis Fisher
Hebreos 4:14-16
"Acerquémonos,
pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y
hallar gracia para el oportuno socorro". -Hebreos 4:16
Mont
Saint-Michel es una isla sometida a las mareas y ubicada a unos 800
metros de la costa de Normandía, en Francia. Durante siglos, ha
albergado una abadía y un monasterio; una atracción para los peregrinos
religiosos. Hasta que se construyó una calzada de acceso, se caracterizó
por el peligro que significaba llegar hasta allí, lo que produjo la
muerte de algunos visitantes. Durante la marea baja, está rodeada de
bancos de arena, los cuales se cubren de agua en marea alta. Llegar a la
isla daba mucho miedo.
Para
los judíos de la época del Antiguo Testamento, llegarse a Dios también
causaba temor. Cuando el Señor bramó desde el monte Sinaí, el pueblo
tuvo miedo de acercase a Él (Éxodo 19:10-16). Y, cuando se abrió la
posibilidad de llegar al Señor mediante el sumo sacerdote, había que
cumplir instrucciones específicas (Levítico 16:1-34). Si se tocaba
accidentalmente el arca del pacto, que representaba la presencia santa
de Dios, el resultado sería la muerte (ver 2 Samuel 6:7-8).
Pero
ahora, por la muerte y la resurrección de Jesús, podemos acercarnos a
Dios sin temor. La condena que Él estableció por el pecado fue
satisfecha, y se nos invita a entrar en su presencia: «Acerquémonos,
pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y
hallar gracia para el oportuno socorro» (Hebreos 4:16).
Gracias a Jesucristo, podemos allegarnos a Dios mediante la oración en cualquier momento y lugar.
Mediante la oración tenemos acceso inmediato a nuestro Padre celestial.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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