El ayuno bíblico
Dr. Charles Stanley
"Como
el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh
Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?" (Salmo 42.1, 2).
"Mi amor..." La única respuesta que provoca esto es un distraído "Ajá"
acompañado por el sonido producido al pasar las hojas del periódico.
"¿Puedo hablar contigo?" Una vez más la respuesta es "Ajá", seguida de
un silencio. Luego se oyen unos pasos que se alejan. ¿Alguna vez
experimentó usted algo parecido?
Todos
hemos sido culpables de desatender a las personas que amamos. Es tanto
lo que clama por nuestra atención, que a veces rehuimos el esfuerzo de
invertir en una relación. Lo triste es que podemos hacer lo mismo con
Dios. Pero no queremos eso, ¿verdad?
El
ayuno bíblico es una manera de ayudarnos a reenfocarnos en nuestra
relación con Dios. El ayuno nos prepara para concentrarnos en Él. Es una
oportunidad para poner de lado otras cosas, a fin de buscar su rostro y
escuchar su voz. Es un tiempo de preparación que nos lleva a fijar
nuestra atención en la voluntad y en los propósitos del Señor para
nosotros.
Hay
quienes nunca han probado el ayuno porque les parece demasiado extraño.
No saben por dónde empezar a buscar o cuándo encontrar el tiempo para
hacerlo. Pero si ven el ayuno como una experiencia de fe que agudiza
nuestra visión espiritual, que acrecienta nuestro deseo de Dios, y que
nos lleva a comprender mejor su dirección -desearan probarlo.
¿Anhela
conocer mejor a Dios? ¿Necesita conocer su voluntad? El ayuno bíblico
es una disciplina espiritual que le ayudará a tener un oído más agudo,
una mente más clara, y unos ojos firmemente fijados en el Señor y en sus
planes. ¿Qué tal si descubre esto por sí mismo?
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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