miércoles, 2 de julio de 2014

AL ESTAR PREOCUPADOS...

La preocupación enseña  

Por Anne Cetas
LEER: Salmo 3
"¡Oh Señor, cuánto se han multiplicado mis adversarios!" -Salmo 3:1

Una amiga me dio un vaso grande de agua y me dijo que lo sostuviera. A medida que el tiempo pasaba, pesaba cada vez más. Finalmente, se me cansó la mano y tuve que apoyarlo en algo. Ella señaló: «He aprendido que la preocupación es como sostener ese vaso. Cuanto más me preocupo por algo, más me agobian los temores».

El rey David conocía bien el temor. Toda su vida se había vuelto un caos. Su hijo Absalón le había usurpado la lealtad de la nación de Israel e intentaba quitarle el trono. No sabía quién estaba de su lado ni a quién tenía en contra. Al parecer, la única opción que le quedaba era salir corriendo. Les dijo a sus siervos: «... daos prisa a partir, no sea que apresurándose [Absalón] nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros» (2 Samuel 15:14).

En un salmo que probablemente David escribió mientras huía para que no lo mataran, declaró: «Con mi voz clamé al Señor, y él me respondió desde su monte santo» (Salmo 3:4). En medio del temor, David buscó al Señor, y Él le mostró su gracia y lo restauró al trono.
Hay muchas preocupaciones que pueden agobiarnos; pero, si las dejamos en las manos poderosas de Dios, Él nos ayudará en medio de nuestras pruebas.  

La preocupación es un peso que Dios nunca tuvo la intención que cargáramos.
 
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
 
Pr. DOLREICH ARTIGAS

No hay comentarios.:

Publicar un comentario