Por Jennifer Benson Schuldt
2 Pedro 3:10-18
"Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". -2 Pedro 3:18
Si
mi familia alguna vez se muda de la casa donde vivimos, ¡quiero sacar
la puerta de la despensa y llevármela! Esa puerta es especial porque
muestra cómo fueron creciendo mis hijos. De vez en cuando, mi esposo y
yo los poníamos contra la puerta y hacíamos una marca con lápiz sobre
sus cabezas. Según nuestra gráfica de crecimiento, ¡mi hija creció diez
centímetros en apenas un año!
Mientras
que mis hijos crecen físicamente por ser esto un proceso natural de la
vida, hay otra clase de crecimiento que ocurre con cierto esfuerzo:
nuestro crecimiento espiritual a la semejanza de Cristo. Pedro exhortó a
los creyentes a crecer «en la gracia y el conocimiento» de Jesús (2
Pedro 3:18). Afirmó que madurar en la fe nos prepara para el retorno de
Cristo. El apóstol deseaba que Jesucristo volviera y encontrara a los
creyentes viviendo en paz y rectitud (v. 14), ya que consideraba que el
crecimiento espiritual defendía a las personas ante la enseñanza que
interpretaba incorrectamente la Palabra de Dios y las desviaba (vv.
16-17).
Aun
cuando nos sintamos desanimados y desconectados de Dios, podemos
recordar que Él nos ayudará a avanzar en nuestra fe al hacernos más
semejantes a su Hijo. Su Palabra nos asegura que «... el que comenzó en
[nosotros] la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo»
(Filipenses 1:6).
El crecimiento espiritual exige el alimento sólido de la Palabra de Dios.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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