Lidiar con el desánimo
Dr. Charles Stanley
"Esté
ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración de tu
siervo, que hago ahora delante de ti día y noche, por los hijos de
Israel tus siervos" (Neh 1.6).
El
desánimo puede sentirse como un gran peso sobre nuestros hombros. Pone
freno a nuestros pasos, hace más difícil el trabajo, y reduce nuestro
gozo.
El
que otros consideren insatisfactorios nuestros mejores esfuerzos,
normalmente, nos afecta. La crítica constante de los demás puede afectar
la manera en que nos sentimos en cuanto a nosotros mismos.
La
insatisfacción en cuanto a nuestro desempeño puede también
desanimarnos. Además, los fracasos del pasado nos pueden hacer sentir, a
veces, con pocas esperanzas en cuanto al futuro. Las presiones
económicas, las enfermedades y los conflictos, pueden también tener un
alto costo emocional.
La
vida de Nehemías nos enseña una lección importante en cuanto al manejo
del desánimo. Él era un hebreo que vivía en Persia, y que servía como
copero del rey. Cuando recibió noticias en cuanto al mal estado de
Jerusalén y de la difícil situación del remanente judío que vivía allí
se sintió profundamente afligido. En su tristeza por la situación,
Nehemías acudió al Señor en oración. Sabía que solamente su gran Dios
era capaz de cambiar la situación. De la misma manera, cuando nosotros
nos sintamos desanimados, nuestra primera prioridad debe ser clamar a
nuestro Padre celestial.
En
su oración, Nehemías alabó el maravilloso carácter de Dios, confesó sus
pecados y los pecados de los demás, recordó las promesas divinas, y
presentó su petición. Sigamos el ejemplo de Nehemías, llevando nuestras
tristezas al Señor en oración.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
No hay comentarios.:
Publicar un comentario