Dr. Charles Stanley
"Estad,
pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis
otra vez sujetos al yugo de esclavitud" (Gá 5.1).
Cada
vez que celebro el Día de la Independencia de los Estados Unidos,
recuerdo la libertad que Cristo logró cuando pagó el castigo por
nuestros pecados. Ahora, todo el que cree en Él es librado del poder
destructivo del pecado. Pero, lamentablemente, hay muchos cristianos que
no viven en la libertad que Él ganó para ellos.
Eso
fue lo que sucedió con los gálatas. Habían sido salvos por la fe en el
Señor Jesús, pero unos falsos maestros les dijeron que tenían que
guardar la ley de Moisés para conservar su salvación. Añadir requisitos a
la obra perfecta de Cristo puede hacer que las personas se sientan
inseguras en cuanto a la vida espiritual.
Cuando
fui salvo, a la edad de doce años, pasé de inmediato a ser un esclavo
de las reglas que mi iglesia había establecido. La lista de los pecados
condenatorios incluía ir al cine y leer historietas los domingos. Con el
tiempo, perdí gran parte del gozo de mi niñez, porque estaba angustiado
por el sentimiento de culpa debido a que me gustaba mucho leer
historietas y algunas veces les daba una ojeada cuando repartía los
periódicos. Nunca sabía si estaba destinado a ir al cielo o al infierno.
Cada noche me metía en la cama, y le rogaba a Dios que me perdonara,
porque no había sido capaz de obedecer las reglas.
Si
usted está luchando con sentimientos de culpa y de condenación, quiero
que sepa que hay libertad en Cristo. Cuando Él clamó en la cruz:
"Consumado es" (Jn 19.30), eso es exactamente lo que
quiso decir. No se necesita nada más. Él pagó por completo por su
salvación, y promete perfeccionar la buena obra que comenzó en usted (Fil 1.6).
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr, DOLREICH ARTIGAS
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