En buena compañía
Dr. Charles Stanley
Si usted está buscando un ejemplo de amistad fiel, basta contemplar el nexo extraordinario que hubo entre David y Jonatán.
por Charles F. Stanley
Cuando piensa en las personas con las cuales se relaciona, ¿puede decir sinceramente que las considera sus amigas -que le conocen y le aman tal y como realmente es, y que harían cualquier cosa por usted? Aunque podemos tener muchos conocidos y amigos, los compañeros fieles son poco comunes. Sin embargo, cada creyente necesita tener por lo menos uno a lo largo de la vida.
Pero ¿qué se necesita para cultivar esta clase de relación? Aunque es posible que a usted la caiga bien alguien, la amistad hay que crearla poco a poco, y con el tiempo. Felizmente, Dios nos ha dado un ejemplo maravilloso por medio de la historia de David y Jonatán.
Los elementos fundamentales de una relación duradera
Jonatán era el hijo del rey Saúl, y habría sido el heredero al trono de Israel. Sin embargo, por la desobediencia de Saúl, Dios anunció que su reinado no duraría (1 S 13.13, 14 LBLA). Por eso, el Señor había "buscado para sí un hombre conforme a su corazón" (v. 14), y ese hombre era David (16.13). Como puede ver, las posibilidades de que Jonatán y David se convirtieran en buenos amigos eran bien escasas. Normalmente, estas circunstancias habrían creado una enemistad entre ellos, pero en vez de eso, desarrolló una amistad profunda y duradera.
Respeto mutuo. Su amistad comenzó poco después de que Jonatán presenciara la batalla de David contra Goliat. Aunque David era un humilde pastor de ovejas, y Jonatán el hijo del rey, el nivel social no les importó. Se apreciaron mutuamente como guerreros valientes que defendían a Israel. El elemento fundamental del respeto mutuo es esencial para que la amistad dure, ya que sin éste nos alejaremos rápidamente cuando las cosas se pongan difíciles.
Fe en Dios. David y Jonatán compartían asimismo una fe inquebrantable en el Señor. Usted probablemente está familiarizado con la confianza de David de que Dios le daría la victoria sobre Goliat (17.45-47), pero ¿sabía que Jonatán demostró esta misma confianza? Cuando se decidió a ir en contra de un grupo de filisteos con solamente su escudero, su confianza no estuvo en sí mismo, sino en el Señor (14.6, 12-14). Por su fe, Dios le dio la victoria, a pesar de ser superado en número.
¿Hay alguien en su vida que comparte su misma fe en Cristo, y que se ha comprometido a animarle a buscar más de Dios? ¿Es usted esa clase de amigo para otra persona? No fuimos creados para caminar solos en nuestro andar espiritual. Cuando las dificultades y sufrimientos nublan nuestra visión, los amigos fieles nos fortalecen recordándonos que debemos confiar en el Señor.
Amor abnegado. En las amistades duraderas hay la disposición de dar y recibir amor. La razón por la que algunas personas no tienen buenos amigos es porque no se sienten dignas de afecto, o porque no saben ser transparentes. Después de todo, dejar que alguien vea nuestro verdadero yo implica la posibilidad de ser rechazado. Sin embargo, si somos reacios a ser vulnerables, nunca experimentaremos la amistad verdadera.
Jonatán estuvo dispuesto a ser franco con David. Primero de Samuel 18.1 nos dice que su alma quedó "ligada" a la de David y que "lo amó como a sí mismo". Se consagró a cultivar esa amistad como si fueran de la misma familia, y demostró el amor de hermano al dar a David no solamente su manto y su cinturón, sino además su armadura, su espada y su arco -pertenencias muy valoradas. En aquel tiempo, las espadas eran especialmente valiosas, debido a que los filisteos habían acabado con todos los herreros de Israel para que nadie pudiera fabricar armas (13.19-22).
¿Qué está usted dispuesto a hacer para demostrar amor a un amigo? Los regalos materiales son buenos, pero también necesitamos demostrar amor de otras maneras, como brindando ayuda o defendiendo a un amigo a quien otros critiquen.
Fidelidad auténtica. Debido a que muchas situaciones causan estrés en una relación, la fidelidad es aun más importante. La amistad de David y Jonatán estuvo basada en pactos (18.3; 20.8, 16, 17; 23.18), y no dejó de hacerse cada vez más estrecha. Cuando las dificultades de David con Saúl aumentaron, Jonatán se mantuvo fielmente al lado de su amigo, diciendo: "Lo que tú digas, haré por ti" (20.4). Estuvo dispuesto a defender y proteger a David, aunque eso significara enfurecer a su padre. Al pensar usted en sus amigos, ¿hay alguno a quien le sea totalmente fiel? ¿Podría decirle a esta persona de corazón: "Para cualquier cosa que necesites, puedes contar conmigo"?
Humildad. Nuestro último recuerdo de David y Jonatán está vinculado con uno de los momentos más difíciles de la vida de David. Después de huir de Saúl, se escondió en el desierto, temiendo por su vida (23.15-18). Jonatán lo buscó y "le fortaleció en Dios" (v. 16). Todos necesitamos amigos como éste, que tengan el discernimiento para mostrarnos la fidelidad del Señor en medio de nuestras luchas.
No obstante, el aspecto más admirable de esta amistad fue la disposición de Jonatán a ocupar un segundo puesto. Nunca existió rivalidad entre ellos, a pesar de que uno era el heredero natural al trono, y el otro, el futuro rey ungido por Dios. La humildad de Jonatán le permitió aceptar la elección soberana de Dios y renunciar al trono, diciendo: "Tú reinarás sobre Israel y yo seré segundo después de ti" (23.17). Muchas amistades han terminado por el orgullo y los celos, mientras que otras han sido fortalecidas por la humildad.
A todos nos encantaría tener un amigo fiel como Jonatán, pero a veces, olvidamos que la amistad duradera es un esfuerzo mutuo. Las relaciones mueren cuando es solamente una persona la que siempre da. Aunque hay períodos en los que una persona puede ser la que recibe, en una relación a largo plazo es necesario que haya un equilibrio.
Si usted anhela tener un amigo verdadero, pídale a Dios que le haga como Jonatán. Al cultivar las cualidades que él ejemplificó, desarrollará los rasgos de carácter necesarios para crear una amistad estrecha y duradera. Y entonces, ore para que Dios traiga a alguien en su vida con quien pueda establecer ese nexo. Con el tiempo, la relación crecerá, y usted podrá regocijarse por la bendición de tener una amistad verdadera.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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