lunes, 30 de junio de 2014

EL PROCESO DE DIOS...

Enfocarse en el proceso   

Por David C. McCasland
2 Pedro 1:2-11
"Si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de [...] Jesucristo". -2 Pedro 1:8

En el libro On Writing Well [Cómo escribir bien], William Zinsser afirma que muchos escritores sufren de «la tiranía del producto final». Les preocupa tanto la venta del artículo o el libro, que descuidan el aprendizaje del proceso de cómo pensar, planificar y organizar. Para Zinsser, un manuscrito desordenado se produce cuando «el escritor, con la mirada en la meta, no dedica tiempo a pensar en cómo correr la carrera».

El escritor y pastor A. W. Tozer aplica ese principio a nuestra vida espiritual. En su libro La raíz de los justos, Tozer explica nuestra tendencia a «preocuparnos solo por el fruto [... e] ignorar la raíz de la cual brotó».

El apóstol Pedro les recordó a los creyentes del primer siglo que una vida semejante a la de Cristo y un servicio eficaz son el resultado de un proceso. Los alentó a crecer en ocho áreas del desarrollo espiritual: fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (2 Pedro 1:5-7). Si poseemos estas cualidades en una medida cada vez mayor, Pedro dice que estas cosas no nos «dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo» (v. 8).

Dios nos llama al maravilloso proceso de aprender a conocerlo, con la garantía de que esto nos llevará a un servicio productivo en su nombre y para su gloria.  

La vida cristiana es un proceso que nos enseña a depender por completo de Dios.

DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ

Pr. DOLREICH ARTIGAS

LA BENDICION DE LA CONFESION

El gran regreso  

Por Bill Crowder
 1 Juan 1
"Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". -1 Juan 1:9

Chad Pennington es un exjugador de fútbol americano que sufrió muchas lesiones que amenazaron su carrera. Dos veces, estas lesiones lo obligaron a someterse a cirugías, meses de terapia física y semanas de entrenamiento para poder volver al campo. Sin embargo, las dos veces, no solo regresó a jugar, sino que sobresalió a tal nivel que fue nombrado el Mejor Jugador Retornado del Año en la Liga Nacional de Fútbol Americano. Para Pennington, sus esfuerzos fueron una expresión de su determinación de volver a jugar.

En el ámbito espiritual, cuando el pecado y los fracasos rompen nuestra relación con Dios y nos quedamos en el banquillo en cuanto a nuestro servicio, la determinación sola no puede restaurar la comunión con el Señor y la utilidad en su obra. Cuando el pecado nos envía al banquillo, el camino de regreso es la confesión: «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9).

Para poder recuperarnos de nuestros fracasos espirituales, tenemos que depender completamente de Aquel que se entregó por nosotros. Esto nos da esperanza. Cristo, quien murió por nosotros, nos ama con amor eterno y responderá con gracia cuando le confesamos nuestras faltas. Mediante la confesión, podemos hallar su restauración misericordiosa: El regreso más grande de todos.

La confesión es el camino a la restauración.

DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ

Pr. DOLREICH ARTIGAS

LOS OJOS PUESTOS EN JESUS...

Cómo mantener el rumbo 
 Dr. Charles Stanley

"¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis" (1 Co 9.24).

La vida cristiana se puede comparar con una carrera que tiene un rumbo predeterminado y una línea de llegada en la eternidad. Cada hijo de Dios tiene una ruta diseñada especialmente por el Señor. Nuestra meta es permanecer en el buen camino, y correr con la mirada puesta en Jesús. Gracias a que Él corrió y terminó la carrera perfectamente, tiene la capacidad de mostrarnos el camino.

Al igual que sucede con cualquier carrera, el camino está lleno de obstáculos que amenazan con hacernos tropezar o desviar. Las tentaciones nos atraen a los que pensamos que son exuberantes pastos verdes, mientras que las ocupaciones pueden llevarnos por caminos que terminan agotándonos. La ansiedad y el temor se apoderan de nuestras mentes, y las emociones nos llevan a situaciones en las que el Señor nunca quiso que estuviéramos.

Aunque los pecados presentan los impedimentos más evidentes, otros obstáculos son más sutiles. Todo lo que tiene prioridad sobre nuestra relación con el Señor puede hacernos tomar el camino equivocado. Debido a que la participación en las actividades cotidianas es necesaria, podemos dejar fácilmente que la familia, el trabajo y los placeres nos desenfoquen. Curiosamente, inclusive las bendiciones de Dios pueden convertirse en obstáculos en la carrera cuando comenzamos a buscarlas más que al Señor mismo.

Tenemos que recordar que la meta no es mantenernos enfocados en el camino, ni tratar de encontrar el que más nos convenga. Lo que tenemos que hacer es fijar nuestra mirada en el Señor Jesús. Él no solamente es nuestra guía, sino también nuestro destino
 
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
 
Pr. DOLREICH ARTIGAS

sábado, 28 de junio de 2014

PARA LA GLORIA DE DIOS...

Hazlo atractivo 

Por Dave Branon
Leer: Colosenses 4:2-6
"Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo." -Colosenses 4:5

Se cuenta la historia de un muchacho que, hace mucho tiempo, estaba a bordo de un tren de pasajeros, intentando ganar dinero con la venta de manzanas. Atravesó el vagón, mientras pregonaba: «¡Manzanas! ¿Quién quiere comprar una manzana?». Cuando llegó al final del vagón, todavía tenía una bolsa llena de fruta y nada de dinero.

Un caballero que notó su apuro lo llevó aparte y le pidió que le mostrara una manzana. Se dirigió al frente del tren, pulió la fruta de forma llamativa con una servilleta, y caminó por el pasillo comiendo la manzana y comentando lo deliciosa y refrescante que era. Entonces, le dijo al muchacho que volviera a intentarlo. Esta vez, vendió todo lo que tenía. ¿La diferencia? Las manzanas se habían vuelto atractivas para los clientes en potencia.

Esta historia nos recuerda una manera en que podemos interesar a los demás en el evangelio de Jesucristo: tenemos que mostrárselo en forma atractiva, mostrándoles la diferencia que ha hecho en nuestra vida. La mejor manera de lograrlo es seguir las palabras de Pablo en Colosenses 4:5. «Compórtense sabiamente con los que no creen en Cristo», aconsejó el apóstol, «aprovechando al máximo cada momento oportuno» (nvi). Si demostramos amabilidad, amor y compasión a los demás, los que nos observan se preguntarán por qué; y eso puede darnos la oportunidad de hablarles de la belleza del amor de Dios hacia ellos.  

La belleza de una vida transformada puede atraer a otros hacia Aquel que nos embellece.  
 
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ

Pr. DOLREICH ARTIGAS

viernes, 27 de junio de 2014

AL HACER EL BIEN...

 No hagas daño  

Por Dennis Fisher
Romanos 13:8-10
"El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor". -Romanos 13:10

Muchos consideran a Hipócrates, el antiguo médico griego, el padre de la medicina occidental. Él entendía la importancia de seguir principios morales en la práctica de la medicina, y se le atribuye la escritura del juramento hipocrático, que, hasta hoy, sirve como una guía ética para los médicos. Un concepto clave del juramento es «no hacer daño». Esto implica que un médico debe hacer solo lo que crea que beneficiará al paciente.

El principio de no hacer daño se extiende a nuestras relaciones con los demás en la vida cotidiana. Es más, la benevolencia es primordial en la enseñanza del Nuevo Testamento sobre el amor a los demás. Al reflexionar en la ley de Dios, Pablo considera que el amor es el objetivo detrás de muchos mandatos bíblicos: «El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor» (Romanos 13:10).

Cada día, a medida que seguimos a Jesucristo nuestro Salvador, enfrentamos decisiones que afectarán la vida de otros. Al escoger un modo de actuar, tenemos que preguntarnos: «¿Esto refleja el interés de Cristo en los demás o tengo una motivación egoísta?». Esta sensibilidad demuestra el amor de Cristo, que busca sanar al herido y ayudar al necesitado.  

Ocuparse de las cargas de los demás nos hace olvidar las nuestras.  
   
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
 
Pr. DOLREICH ARTIGAS

EN DIOS TODO LO PUEDES...


 Consejos para manejar las cargas

Dr. Charles Stanley
"Clemente es Jehová, y justo; sí, misericordioso es nuestro Dios" (Sal 116.5).

Examinemos hoy con más detalle Jeremías 6.16. La sabiduría del profeta ofrece consejos prácticos en cuanto a cómo manejar las cargas.

1. "Paraos en los caminos, y mirad". En el tiempo de caos que vivimos, nuestras mentes se desbocan pensando en todo lo que pudiera suceder en el futuro. Nos preguntamos "qué pasaría si..." y por lo general somos víctimas de preocupaciones infundadas. "Paraos" significa dejar de tener pensamientos preocupantes en cuanto al futuro para enfocarnos en Dios. Es semejante a estar en una intersección con señales que apuntan a vías diferentes. Esperamos, sin movernos, hasta saber cuál dirección tomar.

2. "Y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino". El camino de los problemas ha sido muy transitado por los santos de la fe. Piense en los clamores del rey David en los Salmos o en las oraciones de otros personajes de la Biblia. Reflexione en sus respuestas y en la manera en que revelan su fe y confianza en Dios, aun en medio de grandes sufrimientos. Acepte la revelación del Espíritu en cuanto a la senda antigua de la fe, y en el buen camino de la confianza. Ore pidiendo valentía para transitar esa senda, como lo hizo el Señor Jesús.

3. "Andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma". Con la mirada puesta firmemente en nuestro Señor Jesucristo, tome la decisión de andar por este camino de sufrimiento de una manera que honre a Dios. Busque la ayuda del Espíritu Santo para dar el siguiente paso, y procure ser obediente en pensamientos, palabras y obra.

DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ

Pr. DOLREICH ARTIGAS