Dr. Charles Stanley
" Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mateo 11.28).
Cuando
estamos preocupados, el mundo parece un lugar más frío. El sol puede
estar brillando, pero nos resulta difícil apreciarlo.
Las
aves cantan, pero nuestros oídos se saturan con los gritos de dolor,
pesar y abatimiento. Ponemos distancia entre nosotros y los demás cuando
nuestros problemas absorben nuestro tiempo y nuestra atención. Tal vez
estamos apesadumbrados por sueños que nunca se consolidaron, heridas
emocionales, la muerte de un ser querido, o simplemente el exceso de
responsabilidades. Otra posibilidad es que el pecado sea la causa de
nuestra pesadumbre. Sin embargo, cualquiera sea la causa, el resultado
es que estamos agobiados por un gran peso.
En
nuestra tristeza nos llega la voz de Dios todopoderoso invitándonos a
acercarnos y a encontrar descanso en Él. "Así dijo Jehová: Paraos en los
caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen
camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma" (Jer 6.16).
¿No
le gustaría levantar su mirada al Padre celestial ahora mismo? Jesús le
ofrece agua viva para fortalecer su alma. Con la ayuda del Espíritu, dé
un paso, y luego otro por esa senda antigua de obediencia, y Él le dará
paz.
Jeremías 6.16
termina señalando la respuesta de Dios a los israelitas: "Mas dijeron:
No andaremos". Es solamente si confiamos en el plan del Padre celestial
que encontraremos alivio de nuestras cargas. Levantémonos, miremos,
preguntemos y andemos, para que podamos encontrar el descanso que el
Señor ha prometido para nuestras almas.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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