Por Marvin Williams
Lectura: 1 Pedro 1:3-5
"Dios
[...] nos hizo renacer para [...] una herencia incorruptible,
incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos". -1 Pedro 1:3-4
El
depósito de lingotes de los Estados Unidos en Fort Knox es una
fortaleza que almacena 5.000 toneladas de lingotes de oro y otros
artículos preciosos encomendados al cuidado del gobierno federal. Está
protegido por una puerta de 22 toneladas y elementos de seguridad
física: alarmas, cámaras de video, campos minados, alambre de púas,
cercas eléctricas, guardias armados y helicópteros. Por su nivel de
seguridad, se considera uno de los lugares más seguros del mundo.
Por
más seguro que sea ese sitio, hay otro lugar que lo supera, y está
lleno de algo más precioso que el oro: el cielo contiene nuestro regalo
de la vida eterna. El apóstol Pedro alienta a los creyentes en Cristo a
alabar a Dios por tener «una esperanza viva», una expectativa confiable
que crece y se fortalece a medida que aprendemos más de Jesús (1 Pedro
1:3). Y nuestra esperanza está basada en el Cristo resucitado. Su regalo
de la vida eterna nunca se arruinará por el ataque de fuerzas hostiles.
Jamás perderá su gloria ni su frescura, porque Dios la ha mantenido a
salvo en el cielo y seguirá haciéndolo. No importa el daño que pueda
sobrevenirnos en nuestra vida en la Tierra, ya que Dios protege nuestra
alma. Nuestra herencia está segura.
Como una caja fuerte dentro de otra caja fuerte, Dios protege nuestra salvación, y estamos seguros.
Una herencia en el cielo es el lugar más seguro posible.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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