Dr. Charles Stanley
" Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte" (Ro 8.2)
¿Cuándo
fue la última vez que escuchó un sermón sobre la obediencia? El tema no
suele atraer la atención de grandes multitudes, ya que suena a seguir
órdenes o someterse a leyes y mandamientos. Después de todo, ¿no vino
Jesús a hacernos libres de todo eso? No, en realidad no. Como nos dice
el pasaje de hoy, Él vino para hacernos libres de la ley del pecado y de
la muerte, "para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros".
En otras palabras, Él nos hizo libres de la desobediencia. La libertad
cristiana nos hace libres para obedecer los mandamientos de nuestro
Padre celestial.
En
el libro "En pos de lo supremo", Oswald Chambers lo expresa de esta
manera: "La verdadera libertad es la capacidad que se alcanza mediante
la práctica de hacer lo correcto". Hacer lo correcto es obediencia. Hebreos 5.8 dice que "aunque [Jesús] era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia".
Al
comienzo, las lecciones parecen sencillas; hacemos simplemente lo que
nuestros maestros nos dicen, pero después aprendemos a discernir la voz
del Pastor. Él nos dice que debemos vivir de toda palabra que sale de la
boca de Dios (Mt 4.4). Bajo su dirección,
estudiamos la Biblia y encontramos que algunos pasajes se aplican a
nosotros. Muchas veces nos equivocamos, pensando que ciertos pasajes se
aplican solamente al pueblo de Israel, a la iglesia o a los últimos
tiempos. Sin embargo, con paciente persistencia, el Espíritu Santo nos
presiona hasta que finalmente obedecemos la voz de Dios. El Señor es
paciente -nos enseña de manera lenta pero segura cómo obedecer a su voz.
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
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