Cómo mantener el rumbo
Dr. Charles Stanley
"¿No
sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero
uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis" (1
Co 9.24).
La
vida cristiana se puede comparar con una carrera que tiene un rumbo
predeterminado y una línea de llegada en la eternidad. Cada hijo de Dios
tiene una ruta diseñada especialmente por el Señor. Nuestra meta es
permanecer en el buen camino, y correr con la mirada puesta en Jesús.
Gracias a que Él corrió y terminó la carrera perfectamente, tiene la
capacidad de mostrarnos el camino.
Al
igual que sucede con cualquier carrera, el camino está lleno de
obstáculos que amenazan con hacernos tropezar o desviar. Las tentaciones
nos atraen a los que pensamos que son exuberantes pastos verdes,
mientras que las ocupaciones pueden llevarnos por caminos que terminan
agotándonos. La ansiedad y el temor se apoderan de nuestras mentes, y
las emociones nos llevan a situaciones en las que el Señor nunca quiso
que estuviéramos.
Aunque
los pecados presentan los impedimentos más evidentes, otros obstáculos
son más sutiles. Todo lo que tiene prioridad sobre nuestra relación con
el Señor puede hacernos tomar el camino equivocado. Debido a que la
participación en las actividades cotidianas es necesaria, podemos dejar
fácilmente que la familia, el trabajo y los placeres nos desenfoquen.
Curiosamente, inclusive las bendiciones de Dios pueden convertirse en
obstáculos en la carrera cuando comenzamos a buscarlas más que al Señor
mismo.
Tenemos
que recordar que la meta no es mantenernos enfocados en el camino, ni
tratar de encontrar el que más nos convenga. Lo que tenemos que hacer es
fijar nuestra mirada en el Señor Jesús. Él no solamente es nuestra
guía, sino también nuestro destino
DIOS BENDIGA TU VIDA CON GRACIA Y PAZ
Pr. DOLREICH ARTIGAS
No hay comentarios.:
Publicar un comentario